Colorados disidentes se pronunciaron ante la “pelada mundial” –a decir del político Gerardo Soria– que representó que el presidente de la República, Santiago Peña, haya “sobrado” en los actos oficiales de asunción del presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump. Más allá de la burla, el diputado Mauricio Espínola (ANR, FR) pidió que rinda cuentas por un costoso viaje que solo sirvió para el ridículo.
El diputado colorado disidente de Capital, Mauricio Espínola rápidamente se sumó al anuncio del exsenador Arnoldo Wiens de que volverá a postularse a la presidencia de la República. Espínola es el primero que confirma su apoyo a Wiens, exsenador y exministro de Obras Públicas que perdió en las pasada elecciones internas contra el ahora presidente Santiago Peña.
“Esto pasó de ser una reculada a una desprolijidad institucional”, cuestionó el diputado colorado disidente Mauricio Espínola, quién criticó al presidente Santiago Peña y su gabinete por el papelón del intento de divorcio entre la DEA y la Senad. Dijo que ayer, el intento de justificación del Ejecutivo pareció hecho por “Cantinflas, Chómpiras y Piñón Fijo” y que hay un “torpedeo” entre ministros.
El diputado Mauricio Espínola se mostró sorprendido por el trato que dieron a la senadora Lilian Samaniego sus colegas, quienes salieron a apoyar a Antonio Barrios. Recordó que Lilian fue la que levantó al partido cuando este cayó en la llanura en 2008 y deseó que se pase al lado de la disidencia o comience a construir desde ese lado.
Anoche, durante el festejo de cumpleaños del dirigente colorado Fernando Servín y con presencia del expresidente de la República Mario Abdo Benítez, el diputado Mauricio Espínola (ANR, Fuerza Republicana) afirmó que no se abrazará con “perseguidores de colorados” y rechazó la posibilidad de una candidatura de “Concordia”, como se llamó en su momento a las candidaturas “consensuadas” en el Partido Colorado. Remarcó que pretenden pelear en Asunción contra los que “alquilan” dirigentes.
Miles de fieles fueron a Caacupé este 8 de diciembre pese a la intensa lluvia que mojó toda la ciudad mariana durante varias horas. Los que no estuvieron “empapados de fe” fueron las autoridades nacionales que hicieron un vacío casi total a la Iglesia Católica y al pueblo paraguayo.