No basta tener razón
Vivimos reclamando a los políticos que no mientan. Cuando sabemos de sus mentiras –que es todo el tiempo- con razón nos enfadamos. Si ocupan cargos electivos, es porque les dimos nuestro voto en la creencia de que actuarían conforme con las necesidades del país en el marco de la transparencia. También se da el caso de que muchos electores no esperan gran cosa del candidato porque le conocen de sobra.