En una suerte de danza de lobos, hoy se cruzarán en los pasillos de los locales electorales compatriotas animados por contrapuestos intereses para elegir presidente de la República y vice, senadores y diputados, gobernadores, y concejales departamentales.
El compromiso del nuevo presidente y parlamentarios que resulten electos en los comicios de hoy, para con los sufridos pobladores del Alto Paraguay, debe ser buscar paliar el largo abandono que desde hace décadas vienen padeciendo estos heroicos moradores, quienes hacen patria por estos lejanos lugares de la soberanía nacional.
Entrando en la recta final de la campaña electoral, la ciudadanía sigue sin conocer el pensamiento y las ideas concretas de los principales candidatos sobre algunos de los grandes temas nacionales. De uno y otro lado se han dedicado a lanzar promesas populistas sin explicar cómo las van a financiar, o a asegurar que construirán un país de maravillas sin esclarecer cómo pretenden conseguirlo, a la par de eludir referirse y asumir compromisos sobre los desafíos más espinosos que indefectiblemente tendrá que enfrentar el próximo gobierno.
Recientemente, en los avatares previos a las Elecciones 2023, fui a una actividad que congregaba a jóvenes y adolescentes de instituciones públicas y privadas del Chaco. En un momento dado, el orador que desarrollaba un gastado monólogo preguntó quién de todos los presentes aspiraba alguna vez a convertirse en presidente del Paraguay... Nadie levantó la mano. Con algunas risas nerviosas y ademanes agitados el orador bajó la apuesta e insistió preguntando quién por lo menos quería alguna vez ser intendente... Todos permanecieron quietos, ni una sola mano asomó en el mar de rostros aburridos.