El impacto de un asteroide con la Tierra: ¿El peligro es real?

Ayer se celebró el Día del Asteroide, una fecha que pretende sensibilizar sobre la importancia de seguir invirtiendo para rastrear estos cuerpos.Fotos internet

Los asteroides son los ‘ladrillos’ con los que se formaron los planetas cuando se desarrolló el Sistema Solar y los que no lograron pegarse a uno de estos cuerpos viajan, desde entonces, por el espacio. Son millones y los científicos han logrado catalogar 660.000 de tamaños distintos.

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Los hay de centímetros, de metros y hasta de kilómetros, y más o menos peligrosos. De esta lista de 660.000 asteroides, 20.304 están catalogados como NEOs -objetos cercanos a la Tierra-, lo que implica que sus órbitas pasan cerca, en términos astronómicos, de la órbita terrestre.

Es en estos, por su posible peligro de impacto con la Tierra, en los que los científicos de la llamada Defensa Planetaria están centrados: los NEOs están a una distancia, en su máximo acercamiento al Sol, de 1,3 unidades astronómicas -una unidad astronómica equivale a la distancia entre la Tierra y el Sol, unos 150 millones de kilómetros.

Si bien el primero, Eros, se halló en 1898, no fue hasta 2013 cuando se lograron catalogar los primeros 10.000 NEOs y luego se dio el gran salto gracias a telescopios de EEUU y otros países.

Ayer, 30 de junio se celebró el Día del Asteroide, una fecha que tiene detrás a científicos, astronautas o músicos -como el guitarrista de Queen y astrofísico, Brian May- y que pretende sensibilizar sobre la importancia de seguir invirtiendo para rastrear estos cuerpos.

El día recuerda el "evento Tunguska", cuando un asteroide de unos 40 metros de diámetro impactó violentamente en Siberia el 30 de junio de 1908 causando graves daños y arrasando 2.000 kilómetros cuadrados de masa forestal.

Un hecho relevante será cuando la NASA hará colisionar en 2022 la nave DART en el menor de los dos asteroides del sistema, Didymoon, para modificar levemente su órbita alrededor del asteroide primario, Didymos.

El impacto hará que cambie la duración de su órbita alrededor del cuerpo principal y observatorios terrestres de todo el mundo seguirán los acontecimientos desde una distancia mínima de 10 millones de kilómetros.

La misión Hera llegará en 2027 para estudiar con detalle el asteroide: aunque su llegada sea cinco años después, podrá analizar lo mismo que si hubiera ido a la vez -previsto en un principio. Su objetivo será medir la masa, cohesión interna y órbita desviada.

Sus datos permitirán, por primera vez, validar o perfeccionar los modelos numéricos, dejando así lista esta técnica de desvío de asteroides, por si fuera necesaria para salvaguardar la Tierra. Hera es una versión adaptada de la misión AIM, que no obtuvo fondos en la última ministerial de la ESA.

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