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La medida fue aprobada durante una reunión celebrada en Helsinki entre el presidente finlandés, Sauli Niinistö, y el comité de política exterior y seguridad del Gobierno, en la que abordaron la guerra de Ucrania y la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Vilna (Lituania) el 11 y 12 de julio.
"Finlandia expulsará a nueve personas que trabajan en la embajada rusa y que han estado actuando en calidad de servicios de inteligencia. Sus actividades violan la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas", señaló el Gobierno finlandés en un breve comunicado.
Según fuentes del Ministerio de Exteriores del país nórdico, Finlandia nunca había expulsado al mismo tiempo por presunto espionaje a tantos trabajadores de la embajada rusa en Helsinki, cuya plantilla está compuesta actualmente por 112 personas.
"Este es un revés significativo para la inteligencia rusa en Finlandia y está en consonancia con nuestros objetivos de contraespionaje", afirmaron los Servicios Finlandeses de Inteligencia (Supo) en su cuenta de Twitter.
El presidente finlandés y el Gobierno de Helsinki condenaron además en el comunicado la voladura de la presa Nueva Kajovka en Ucrania, un ataque que calificaron de "desastre humanitario y medioambiental".
"La voladura supone una nueva escalada de la guerra, que causará una destrucción generalizada en Ucrania, tanto a la población civil como al medio ambiente", denunciaron.