"La conectividad es absolutamente esencial para los consumidores y negocios australianos y el impacto de este apagón es particularmente preocupante", dijo hoy en un comunicado la ministra australiana de Comunicaciones, Michelle Rowland, quien anunció la revisión para "identificar las lecciones" que se pueden aprender de la crisis.
Rowland explicó que pedirá a su despacho que desarrolle los términos de referencia antes de anunciar los siguientes pasos.
La ministra también indicó que la Autoridad Australiana de Comunicaciones y Medios, el organismo gubernamental que regula el sector de las telecomunicaciones, ha ordenado de forma independiente una investigación para determinar si Optus cumplió con las normas sobre las llamadas de emergencia que rigen en el país.
Asimismo, el Senado australiano votó hoy en favor de investigar el fallo de Optus, lo que obligará a sus ejecutivos a explicar públicamente la crisis y las medidas para proteger a sus clientes de un incidente similar en el futuro, anunció la senadora Sarah Hanson-Young, quien promovió la moción, en X (antiguamente Twitter).
El apagón del miércoles afectó a más de diez millones de personas, lo que supone más del 38,4 % de la población de Australia, así como a unos 400.000 negocios y oficinas gubernamentales, que desde la madrugada no podían realizar o recibir llamadas, ni enviar mensajes de texto o acceder a internet, así como tampoco pudieron realizar transacciones bancarias o de pagos.
Incluso, a raíz de este apagón, considerado el más grande en la historia de Optus, muchos usuarios no pudieron llamar al "000", el servicio de emergencias para las ambulancias, bomberos o la Policía, por lo que la empresa les instó a que pidan ayuda a un familiar o vecino.
Asimismo, la red de trenes de Melbourne, la segunda ciudad más poblada de Australia, tuvo que interrumpir ayer sus servicios por los fallos en las telecomunicaciones, que también han afectado a los hospitales, ambulancias y servicios sanitarios en el país.
Kelly Bayer Rosmarin, ejecutiva de Optus, empresa que sufrió un ciberataque el año pasado en el que se robaron los datos de dos millones de clientes, explicó que el apagón se debió a un "fallo técnico de la red".
No obstante, Bayer Rosmarin evitó dar más detalles hasta que se lleve a cabo un "análisis exhaustivo de las causas".
Para mitigar la frustración de sus clientes, Optus anunció hoy que ofrecerá al menos 200GB de datos adicionales a los clientes afectados desde el próximo lunes, entre otros beneficios, aunque aún la empresa no ha abordado potenciales indemnizaciones.