El consejero delegado, Meinrad Spenger, presentó este miércoles la nueva compañía en un acto en el que desveló su plan industrial, que está basado en cinco prioridades: inversión, ingresos, integración de las plantillas, innovación e impacto positivo para el mundo.
Con estos 4.000 millones, prevé, entre otros cometidos, desplegar hasta 6 millones de unidades inmobiliarias de fibra óptica y aumentar la cobertura 5G por encima del 90 %, frente a la actual que llega al 80 %.
Esta nueva empresa, que echó a andar la semana pasada tras las firma de la operación, tiene 1.500 puntos de venta en España y aglutina catorce marcas, nueve a nivel nacional, entre ellas Orange, Yoigo, Jazztel y MásMóvil, y cinco a nivel regional.
Asimismo, contempla unas sinergias por valor de 500 millones a partir del cuarto año, la mitad de ellos provenientes de la optimización de infraestructuras; pero también de una organización ágil y rápida, sin que este objetivo pase por la salida de personal. "No se prevén despidos forzosos", enfatizó Spenger.
Con más de 37 millones de líneas, entre banda ancha y móvil, la nueva entidad se convierte en el operador líder en España por número de clientes, por lo que la multinacional Telefónica pierde el liderazgo en clientes, aunque no en facturación ni empleados.
Orange España y MásMóvil, segundo y cuarto operador del mercado del país, respectivamente, recibieron en febrero autorización por parte de la Comisión Europea para combinar sus operaciones en España.
En marzo, el Gobierno español aprobó la fusión con "condiciones específicas", entre ellas la puesta en marcha de un "ambicioso" plan industrial "a muy medio plazo", compromisos de mantenimiento de empleo "suficientes" y una política de inversiones "muy potentes".