Naturaleza pura: los cinco Parques Nacionales de Costa Rica ideales para el ecoturismo

Parque Nacional Volcán Arenal, Costa Rica.shutter

Costa Rica se ha consolidado como uno de los destinos de ecoturismo más emblemáticos del planeta. Con cerca de una cuarta parte de su territorio bajo alguna figura de protección y una biodiversidad que ronda el 5% de las especies conocidas del mundo, el país centroamericano atrae cada año a viajeros que buscan selva, mar y conservación real, más allá del eslogan.

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Estos cinco Parques Nacionales ofrecen una síntesis del modelo costarricense de conservación y del potencial del ecoturismo estival.

Manuel Antonio: el laboratorio de la masificación responsable

En la costa pacífica central, el Parque Nacional Manuel Antonio es una postal clásica: playas de arena blanca, aguas turquesas y un bosque tropical que prácticamente toca el mar. Es, probablemente, el parque más visitado del país y también uno de los más regulados.

Vista aérea del Parque Nacional Manuel Antonio en Costa Rica. Atracción turística y reserva natural con mucha vida silvestre, plantas tropicales y playas paradisíacas en la costa del Pacífico.

Pese a su popularidad, Manuel Antonio sigue siendo una puerta de entrada accesible al ecoturismo: senderos cortos y bien señalizados, servicios cercanos y alta probabilidad de observar fauna emblemática —perezosos, monos capuchinos y aulladores, iguanas— incluso para viajeros sin experiencia previa en caminatas.

Se recomienda la compra anticipada de entradas en línea.

Corcovado: la última gran selva del Pacífico Mesoamericano

Si Manuel Antonio es la “puerta de entrada”, el Parque Nacional Corcovado, en la Península de Osa, es el corazón salvaje de Costa Rica.

Península de Osa, Costa Rica.

Diversos estudios científicos lo señalan como una de las áreas con mayor biodiversidad del planeta en relación con su tamaño. Sus bosques húmedos albergan jaguares, tapires, guacamayas rojas, cuatro especies de monos y una larga lista de anfibios, reptiles e invertebrados.

El acceso es más exigente que en otros parques: se entra a pie o en bote, las distancias son largas y las condiciones climáticas en verano boreal —que coincide con una época especialmente lluviosa en esta región— hacen imprescindible contar con guías autorizados, equipo adecuado y reservas con antelación.

Tortuguero: el santuario caribeño de las tortugas marinas

En la costa caribeña norte, el Parque Nacional Tortuguero es un mosaico de canales, humedales y selva tropical donde el acceso principal es en bote o avioneta. En verano, el área vive uno de sus momentos más intensos: la temporada alta de anidación de tortuga verde, a la que se suman, en menor medida, otras especies como la baula y la carey.

Vista de la jungla desde pequeños botes. Reserva Tortuguero, Costa Rica.

La observación de desove nocturno es una de las experiencias de ecoturismo más demandadas del país y también una de las más reguladas. Solo se permite el ingreso a la playa con guías acreditados y en franjas horarias estrictas; se restringe el uso de luces y cámaras para evitar desorientar a las tortugas, y los grupos se mantienen a cierta distancia.

Más allá de las playas, los recorridos en bote o kayak por los canales interiores permiten avistar caimanes, monos, perezosos, nutrias y una enorme diversidad de aves.

Volcán Arenal: entre el termalismo y la regeneración del bosque

Al norte del país, el Parque Nacional Volcán Arenal y su entorno han sido un laboratorio de cómo combinar ecoturismo, aventura y restauración ecológica.

Parque Nacional Volcán Arenal, Costa Rica.

Tras la última gran erupción de 1968, la zona vivió un proceso de regeneración natural y reforestación asistida que hoy se traduce en bosques secundarios densos, atravesados por senderos y pasarelas sobre el dosel.

Parque Nacional Volcán Arenal, Costa Rica.

Aunque el volcán no presenta actualmente la actividad eruptiva espectacular que atrajo a miles de visitantes en décadas pasadas, el área sigue siendo uno de los polos turísticos mejor desarrollados del país, con una amplia oferta de aguas termales, observación de aves y deportes suaves —como caminatas, puentes colgantes o ciclismo de montaña— que pueden practicarse incluso en días lluviosos.

Rincón de la Vieja: volcanismo, agua y menos multitudes

Menos conocido que Arenal para el gran público internacional, el Parque Nacional Rincón de la Vieja, en la provincia de Guanacaste, combina volcanismo activo, bosques secos y nubosos, cascadas y áreas de alta geotermia.

Parque Nacional Rincón de la Vieja, Costa Rica.

Es una alternativa atractiva para quienes buscan senderos exigentes, baños de barro y pozas termales en un entorno menos saturado.

Parque Nacional Rincón de la Vieja, Costa Rica.

A diferencia de otros parques, Rincón de la Vieja ofrece una lectura muy visible de los procesos geológicos en curso: fumarolas, pailas de barro burbujeante y suelos humeantes recuerdan que se trata de un sistema volcánico activo. La visita, en este sentido, supone también una oportunidad educativa sobre riesgos naturales y uso responsable de recursos geotérmicos.

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