Nueve familias destrozadas. Un joven de 18 años asesinado a golpes. En una hora y media los ocho jóvenes que practicaban rugby destrozaron sus vidas y la de sus familias. Hoy cinco de ellos tienen prisión perpetua en la Argentina; los otros tres, condenas de 15 años de prisión. Todas las familias ahogadas en la angustia y la tristeza.
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Si miramos la coyuntura electoral en vista al 30 de abril próximo, dentro de la “oposición” es el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) -un partido tradicionalista, con un fuerte arraigo machista- el que logró, en su última Convención del 13 de marzo de 2022, aprobar la paridad en las listas legislativas en la interna partidaria. De este modo buscan garantizar, hasta donde podemos observar, la igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a los cargos de representación política en el Congreso Nacional y en otros cargos políticos.
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Unas 150 personas quizás acudieron al lanzamiento de la lista de senadores del Frente Guasu Ñembogeta. Una lista machista de arriba abajo, pero sin paridad (expresión de una realidad: no cumplir ni sus propias consignas de lucha). Una lista machista de los “progresistas” integrada por 11 partidos que tendrán internas separadas. Los tres primeros lugares ocupan los hombres, Esperanza Martínez ya se ganó el cuarto lugar, le siguen siete hombres, en el puesto 12 aparece una mujer Yudith Rolón; recién en el lugar 20 de la lista aparece el nombre de otra mujer Cristina Campuzano. Y así continua la lista con nombres de hombres.
En el marco del 25N “Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres” hablamos de realidades injustas en los espacios políticos, movimientos políticos y ni que decir en las cúpulas de los partidos o sindicatos. Se habla mucho de la “solidaridad y compañerismo” en los diferentes feminismos que existen en nuestro país; pero, a la hora de la verdad, lo único que existe dentro de los espacios tanto sociales, políticos, como sindicales es pura violencia machista y una enorme complicidad de las mujeres.
Mientras que en los países de la región la gente está cada vez más politizada, en Paraguay estamos cada vez más despolitizados, desilusionados. No existe una real euforia por las próximas elecciones presidenciales, ni mucho menos en las próximas elecciones internas del 18 de diciembre. La real disputa de confrontación política por el poder está entre los colorados y liberales. La violencia, el odio, las desigualdades están al orden del día en la sociedad, una vez más y en aumento.
El exministro del Interior en época de pandemia por Covid-19 y exministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Mario Abdo y candidato a presidente de la República por el movimiento Nueva República, Euclides Acevedo, liderado junto con el senador del Frente Guasu (FG) Jorge Querey, cree que sufre persecución por supuestamente “poderes facticos”, manifestó en un encuentro recientemente en San Pedro, en el marco de su campaña con miras a las elecciones generales del 30 de abril del 2023.
Si prestamos atención a los discursos de los candidatos liberales y en este caso de las declaraciones del precandidato liberal a la presidencia de la República Martín Burt podemos observar un discurso altamente progresista – socialista, donde plantea propuestas de igualdad de oportunidades, distribución equitativa y que el aparato estatal funcione realmente para beneficio del pueblo y no para el prebendarismo.
El reciente electo presidente de Colombia Gustavo Preto destaco varias veces en su discurso después de anunciar su triunfo “la política del amor”, que se entienda la política del amor como una política del entendimiento, como una política del dialogo, como una política de comprendernos los unos a los otros, el cambio también significa la bienvenida a la esperanza, de abrir un futuro, abrir las oportunidades. Y criticó el sectarismo de la derecha tanto como el sectarismo de la izquierda.