No es ningún secreto que el presidente de la República, Horacio Cartes, fue presidente del grupo Cartes, un conglomerado de empresas que dirigía con su hermana Sara y un conjunto de gerentes que actualmente están politizados, hasta que ganó las elecciones y dice que dejó el manejo de las empresas en manos de la hermana.
Casi treinta años de democracia, que para algunos fueron en realidad solamente ausencia de dictadura, y para otros democracia con dictadura. También hay quienes piensan que en realidad no se fue la dictadura y que solo hay un ejercicio de democracia superpuesta a la matriz stronista que subyace en la mentalidad cívica y política de la ciudadanía.
El argumento expuesto por Honor Colorado y Colorados Añetete, avalado por el candidato presidencial Mario Abdo Benítez, de que la salida o permanencia de Óscar González Daher en la lista de senadores de la ANR depende exclusivamente de él, “porque nadie tiene atribuciones de sacarlo de la lista”, es falacia, cinismo, hipocresía y chantaje a la ciudadanía y a colorados que prefieren verlo afuera.
Al parecer, el Partido Colorado saldrá a competir contra la Alianza Ganar (PLRA-Frente Guasu) apelando solo al voto duro colorado, y por razones estratégicas abandonaría la búsqueda de votos sin identidad partidaria en el cada vez más amplio universo ciudadano. Esto se deduce de la lectura de los primeros pasos de la campaña electoral que comienza a desarrollar el candidato ganador de las últimas internas coloradas, Mario Abdo Benítez.
Durante la dictadura, las listas de candidatos para las elecciones no eran el problema, ni siquiera el fraude ya que la dictadura en sí misma era un fraude y postularse sin objeción alguna en ese esquema constituía una especie de acto de consentimiento y hasta de complicidad. Lo era, sin duda, la actitud de quienes demostraban complacencia con el dictador y su sistema político excluyente, corrupto y criminal, sin realizar el menor esfuerzo por combatirlo.
De todas las discusiones que provocaron las encuestas de Capli –que no son de ABC– rescaté el tradicional dilema: ¿los electores se suben al carro ganador, o no?”. La creencia es que sí, el carro ganador arrastra a los indecisos, el problema que acarrea, sin embargo, esta manera de pensar es ¿cómo saber quién es el ganador a cuyo carro uno debe subir?

Hay gente memoriosa en este país que puede recordarlo mejor, pero tengo entendido que la palabra “zoquetero” se gestó juntamente con la sección “certamen de trepadores” en uno de los periódicos políticos opositores de finales de la década del sesenta y comienzos del setenta. Creo que ese periódico fue “El Radical”.
La sociedad estuvo ausente en la designación de la nueva titular del Ministerio Público. Los que la nombraron y luego acordaron su designación no nos representan –el Ejecutivo y Legislativo–; estos a lo sumo representan a sus partidos, aunque seguro representaron más a sus propios intereses. Si no, díganme si conocen al senador que reemplazó a Marito, un tal Ricardo Peralta.