Era muy extraño escuchar a la ciudadanía argentina reunida en la plaza gritar “libertad, libertad”, cuando se dio el triunfo de Milei. No era evidentemente un grito de demanda, reclamar libertad en un país libre; era más bien un reconocimiento al triunfo de la propuesta de un candidato libertario, cuyas ideas tal vez no comulguen o ni siquiera conozcan.
No conozco personalmente al senador Hernán Rivas, pero leí todo lo publicado sobre su persona y creo estar en condiciones de compararlo con Abraham Lincoln. Luego de leer el libro “Lincoln, el Desconocido” no resistí la tentación de hacer un paralelismo entre ambos.
Hace 34 años nuestro país cambió a raíz del golpe de Estado, iniciado el 2 de febrero de 1989 y que culmino al día siguiente con la caída del general Alfredo Stroessner, sus ministros y generales, y sus respectivas amantes.
No es ningún secreto que el presidente de la República, Horacio Cartes, fue presidente del grupo Cartes, un conglomerado de empresas que dirigía con su hermana Sara y un conjunto de gerentes que actualmente están politizados, hasta que ganó las elecciones y dice que dejó el manejo de las empresas en manos de la hermana.
Casi treinta años de democracia, que para algunos fueron en realidad solamente ausencia de dictadura, y para otros democracia con dictadura. También hay quienes piensan que en realidad no se fue la dictadura y que solo hay un ejercicio de democracia superpuesta a la matriz stronista que subyace en la mentalidad cívica y política de la ciudadanía.
El argumento expuesto por Honor Colorado y Colorados Añetete, avalado por el candidato presidencial Mario Abdo Benítez, de que la salida o permanencia de Óscar González Daher en la lista de senadores de la ANR depende exclusivamente de él, “porque nadie tiene atribuciones de sacarlo de la lista”, es falacia, cinismo, hipocresía y chantaje a la ciudadanía y a colorados que prefieren verlo afuera.
Al parecer, el Partido Colorado saldrá a competir contra la Alianza Ganar (PLRA-Frente Guasu) apelando solo al voto duro colorado, y por razones estratégicas abandonaría la búsqueda de votos sin identidad partidaria en el cada vez más amplio universo ciudadano. Esto se deduce de la lectura de los primeros pasos de la campaña electoral que comienza a desarrollar el candidato ganador de las últimas internas coloradas, Mario Abdo Benítez.