Secreto y mentira

No es ningún secreto que el presidente de la República, Horacio Cartes, fue presidente del grupo Cartes, un conglomerado de empresas que dirigía con su hermana Sara y un conjunto de gerentes que actualmente están politizados, hasta que ganó las elecciones y dice que dejó el manejo de las empresas en manos de la hermana.

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La cuestión que seguía en secreto era si real y formalmente se separó de sus empresas o seguía liderando el grupo, ya que de acuerdo con la Constitución el Presidente no debe dedicarse a otra que no sea la presidencia. Sin embargo, el Presidente estaba dedicado a full hasta hace poco a realizar campaña electoral y al parecer también a cuidar sus empresas.

Cartes tuvo que haber renunciado a dirigir sus empresas antes de ser presidente para cumplir con el precepto constitucional de que “son inhábiles para ser candidatos a presidente y vice... los representantes o mandatarios de empresas, corporaciones o entidades nacionales o extranjeras que sean concesionarias de servicios estatales, o de ejecución de obras o provisión de bienes al Estado”.

Al parecer no lo hizo o está estrictamente superseguro de no dejar pruebas que demuestren lo contrario. Hasta que surgió la información oficial de que el presidente Cartes sigue aún ligado al Grupo Cartes, específicamente a través de Palermo, que en su página web dice: “Así formamos un equipo lleno de talento comprometido para estar cerca de la gente, estén donde estén, comercializando primeramente los cigarrillos Palermo, San Marino y Kentucky, fabricados por Tabacalera del Este SA”, de Cartes.

En el informe que el juez Hugo Sosa Pasmor pidió, por intimación, a tres empresas para saber a quiénes pertenecen los números telefónicos que aparecen en el cruce de llamadas que se investiga por el asesinato del dirigente liberal Rodrigo Quintana se consigna que la empresa Palermo SA reconoce que uno de los números es del Presidente de la República y otro a nombre del ministro Juan Carlos López Moreira, director de la empresa.

Deja de ser un secreto así que el Presidente de la República sigue formando parte de sus empresas, y que en consecuencia viola la Constitución en lo que respecta a la exigencia de dedicarse exclusivamente al cargo y al deber de romper todo vínculo con los grupos privados que tienen interés en los negocios públicos.

El Presidente usó el teléfono de Palermo SA para comunicarse con el comandante de la Policía en torno al asesinato mencionado. ¿Quería ocultarse en lo privado de algo malo que hace desde el sector público? ¿Quería burlar a la justicia? ¿O es común que el Presidente se ocupe al mismo tiempo de lo público y de lo privado, sin reparar en los medios para ello?

Lo mismo puede decirse del ministro López Moreira, quien tiene las mismas incompatibilidades que el Presidente y el vice, salvo que puede ejercer la docencia.

No porque la mentira sea caldo de cultivo de la política se deba admitirla como normal, pero corregir estos vicios requiere de complicados procedimientos políticos y tiempo, que ya no hay. Lo más práctico y efectivo es que los electores no repitan el error de votar a personas y grupos con poderosos intereses propios que se postulan, no solo para incrementar su poder haciendo crecer sus intereses sino para destruir las instituciones, burlar las garantías y esquivar las limitaciones que buscan evitar abusos de poder en contra de gente indefensa y de grupos que compiten legalmente con firmas de personas ligadas al poder político.

ebritez@abc.com.py

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