


La tabla periódica es una lista en la que se presentan los elementos químicos naturales y sintéticos ordenados según número atómico creciente, y está dividida horizontalmente (periodos) y verticalmente (grupos). Otra de las ventajas que presenta este ordenamiento es que permite la clasificación de los elementos ubicados en ella.




La sangre circula continuamente a través de los vasos sanguíneos y llega a cada célula del organismo, llevando nutrientes y oxígeno. El corazón late e impulsa la sangre hacia las arterias creando presión en el interior de las mismas, lo que conocemos como presión arterial o presión sanguínea.

La materia, según el tipo de átomos y moléculas que lo forman, se clasifica en sustancias simples y mezclas. Entre las mezclas se distinguen las homogéneas y las heterogéneas. Las soluciones verdaderas, los coloides y las suspensiones son ejemplos de mezclas.


Los diferentes cuerpos que nos rodean están formados por átomos y moléculas (unión de átomos). Los átomos y moléculas se unen a otros iguales, como también pueden hacerlo con otros de distintas clases. De acuerdo a esto, la materia adquiere diferentes características.