El último baile en París para el All Black Aaron Smith

PARÍS. Un último baile. Después de más de una década vistiendo la elástica de los All Blacks, la estrella Aaron Smith se dispone a seguir los pasos de las leyendas Dan Carter o Richie McCaw y despedirse con una nueva corona planetaria para olvidar de paso el fiasco de la Copa del Mundo de 2019.

Aaron Smith
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Pase lo que pase el sábado en el Stade de France ante los campeones del mundo sudafricanos, Smith afirmó que será su último partido con la mítica elástica negra con el helecho plateado. “Esta es mi última semana como un All Black, mi último baile”, declaró Smith después de la victoria ante Argentina (44-6) en semifinales.

Después de doce años y 124 partidos, el genial medio scrum está agradecido de que sea “en una semana así, para ser honesto es surrealista que estemos en la final, el gran baile”.

A sus 34 años, el eterno ‘9′ de los Highlanders, la franquicia del Super Rugby de Dunedin, espera cerrar el ciclo con un segundo título de campeón del mundo en sus vitrinas, después del que conquistó en 2015.

Hace ocho años, como explicó el propio Smith, sólo era un “joven gamberro” que se tomaba selfis con las superestrellas Richie McCaw y Dan Carter, sus ídolos, durante el camino hacia el último título mundial de la tricampeona Nueva Zelanda.

Junto al actual capitán Sam Cane o a los segundas líneas Brodie Retallick y Sam Whitelock, Aaron Smith es uno de los referentes de los All Blacks en la Copa del Mundo francesa.

Ante Los Pumas brilló sobremanera anotando de forma magistral uno de los siete tries neozelandeses, haciendo un ejercicio de astucia y cintura para driblar a varios jugadores albicelestes.

Borrar el recuerdo de Inglaterra

Smith es el primer All Black de origen maorí en alcanzar la barrera de los 100 partidos internacionales.

Resulta llamativo que los neozelandeses perdiesen ante la anfitriona Francia (27-13), en el partido inaugural de la Copa del Mundo, y cerca de dos meses más tarde, disputarán el choque por el título, después de haber dejado por el camino a Irlanda (28-24) en un cuarto de final que servirá como ejemplo para ilustrar una obra de arte sobre un terreno de juego de rugby.

Para explicar ese resurgimiento, después de varios años complicados, Smith se remonta a la decepcionante semifinal del Mundial japonés, cuatro años atrás, ante Inglaterra (19-7). Fue precisamente aquel partido el que le llevó a prolongar la aventura con la elástica negra.

“Estaba decepcionado, estaba abatido por aquella derrota” , recordaba. “Dejamos caer al país. Como jugador no puedes controlarlo todo, pero debido a aquello estoy aún aquí hoy: quería remediar a toda costa esa situación y hemos dado un paso adelante respecto a la última vez. Esta semana será muy divertida, al contrario que en 2019″.

“Para ser sincero, no creo que sea algo de lo que uno pueda recuperarse un día. Es algo que se te pega a la piel para siempre. Al menos yo no me he recuperado” , confesó.

Es muy probable que el sábado corran las lágrimas por su mejilla. Aaron Smith espera que sean de alegría tras su último baile en París.

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