América Latina ante desafío de formalizar el empleo y reconstruir el contrato social

Trabajadores informalesArchivo, ABC Color

El Banco Mundial en su informe titulado “(In)formalización del empleo en América Latina y el Caribe: Impuestos, prestaciones e incentivos del mercado laboral”, presenta los desafíos que enfrenta la región para lograr mercados laborales más inclusivos, sostenibles y productivos. El documento señala que, a pesar de los avances económicos y sociales de las últimas décadas, la informalidad aún afecta a más de la mitad de los trabajadores de la región.

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El estudio del Banco Mundial identifica que esta persistencia no es un problema de voluntad individual, sino el resultado de un sistema de incentivos mal alineado, donde las normas tributarias, las regulaciones laborales y los programas de protección social no se complementan entre sí. Una de las conclusiones más destacadas es que los altos costos asociados al empleo formal desalientan tanto a trabajadores como a empleadores.

De hecho, en varios países, las contribuciones obligatorias y los impuestos sobre la nómina superan con creces los beneficios percibidos del sistema. Las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, enfrentan elevados costos de contratación y despido, mientras que los trabajadores perciben poca diferencia entre estar dentro o fuera del sistema formal, sobre todo cuando la calidad de los servicios públicos es deficiente. En consecuencia, el informe describe un círculo vicioso: la informalidad reduce la base tributaria, lo que limita los recursos del Estado, deteriora los servicios y refuerza la desconfianza ciudadana.

El estudio también analiza cómo las regulaciones laborales rígidas, diseñadas en un contexto industrial del siglo pasado, ya no se adaptan a las transformaciones del mercado de trabajo actual. Además, la falta de actualización de las leyes laborales y de los sistemas de seguridad social profundiza la segmentación entre quienes gozan de cobertura y quienes están excluidos de ella.

Otro de los ejes del informe es la sostenibilidad de los sistemas de pensiones ante el envejecimiento poblacional. El Banco Mundial menciona que los países de América Latina deberán revisar las edades de jubilación y los esquemas de aportes para evitar un desequilibrio fiscal creciente. De no hacerlo, el gasto público en pensiones podría alcanzar niveles insostenibles en las próximas décadas.

El documento también resalta una tendencia preocupante: el aumento del gasto de los hogares en salud y educación. A medida que crece la desconfianza en la capacidad del Estado para proveer servicios de calidad, muchas familias optan por recurrir al sector privado, aun cuando esto implique un esfuerzo financiero significativo.

El informe concluye con un llamado a renegociar el contrato social en América Latina. No se trata solo de aumentar la recaudación o de endurecer las normas laborales, sino de construir un sistema más coherente, donde las políticas fiscales, laborales y sociales trabajen de manera coordinada para promover el empleo formal, reducir la desigualdad y mejorar la productividad.

Informalidad en Paraguay

Si bien el informe del Banco Mundial no realiza un análisis específico sobre Paraguay, los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), obtenidos a partir de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC), permiten dimensionar la magnitud del fenómeno en el país. En 2024, los ocupados informales representaron el 62,5% del total de la población ocupada de 15 años y más, lo que equivale a 1.552.612 trabajadores. Esta proporción se ubicó por encima del 62,1% registrado en 2023, lo que confirma que la informalidad mantiene una tendencia estable, pero en niveles elevados.

El desglose por categoría ocupacional muestra que la mayor parte de los trabajadores informales se concentra en el sector privado (43%), seguido de los trabajadores por cuenta propia (32,6%) y de los empleados domésticos (13,1%). En contraste, la participación de empleados públicos y empleadores o patrones informales es considerablemente menor. En otras palabras, la informalidad se concentra en segmentos con menor estabilidad y protección laboral.

Al observar por rama de actividad económica, el comercio, los restaurantes y hoteles agrupan el 37,1% de los trabajadores informales, consolidándose como el principal núcleo de empleo fuera del sistema formal. Le siguen las industrias manufactureras (29,8%) y la construcción (12,2%), sectores caracterizados por una alta demanda de mano de obra, baja productividad y alta rotación. También destaca la presencia de trabajadores informales en el rubro de transporte, almacenamiento y comunicaciones (11,8%), mientras que, en las actividades vinculadas a los sectores financiero, de seguros e inmobiliario alcanza el 4,9% de la población ocupada.

Estos datos confirman que la informalidad en Paraguay sigue siendo un rasgo estructural del mercado laboral, especialmente en actividades de baja escala y escasa tecnificación. La alta proporción de trabajadores por cuenta propia y domésticos refleja las limitadas oportunidades de empleo formal y la persistencia de brechas en el acceso a la seguridad social.

Más allá de sus implicancias en términos de cobertura y derechos laborales, la informalidad tiene efectos macroeconómicos relevantes, ya que restringe la capacidad del Estado para invertir en políticas de empleo y protección social. El desafío, por tanto, no se limita a generar puestos de trabajo, sino a transformar la estructura del empleo hacia la formalidad.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones

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