Sin embargo, la zafra enfrentó condiciones climáticas adversas -sequía inicial seguida de lluvias irregulares- que redujeron los rendimientos y limitaron la oferta efectiva del algodón.
Como resultado, las exportaciones registraron una contracción marcada: entre enero y octubre de 2025 se enviaron 6.518 toneladas, generando US$ 9.111.000. Abril y mayo fueron meses particularmente críticos, tal como se puede observar en la infografía.
El contraste con 2024 es evidente. En ese año, los envíos habían alcanzado 24.352 toneladas, con ingresos cercanos a US$ 43.294.000, apuntalados por una demanda asiática en expansión. Ese salto instaló la expectativa de una recuperación sostenida del rubro. Pero el retroceso de 2025 muestra que la cadena algodonera paraguaya aún enfrenta fuertes vulnerabilidades estructurales.
Desde el sector algodonero señalaron que la presente zafra estuvo marcada por importantes dificultades productivas.
Lea más: El algodón vuelve a florecer en el Chaco
De acuerdo con referentes de una de las principales cooperativas del rubro, se sembró prácticamente la misma superficie que en la campaña anterior, aunque las condiciones climáticas terminaron afectando de manera significativa los resultados. Las parcelas inundadas registradas durante el verano redujeron de forma considerable la producción.
En el plano internacional y conforme con organismos internacionales, el mercado del algodón mantiene una dinámica volátil.
La menor tracción de la industria textil global, compras más prudentes desde China y la creciente competencia de exportadores africanos y asiáticos ejercen presión sobre los precios y reducen oportunidades para productores paraguayos. Sin una demanda firme, la caída en la producción local derivó en una menor capacidad de colocación externa.
Lea más: Agricultura en el Chaco: balance de una campaña entre desafíos y éxitos
El desafío para Paraguay no termina en la producción. La ausencia de una industria textil robusta obliga a depender casi por completo de la exportación de fibra sin procesar. Esa estructura limita la generación de valor agregado y expone al país a la volatilidad internacional. Autoridades y referentes sectoriales coinciden en que el desarrollo de hilanderías y la integración industrial son condiciones necesarias para dar estabilidad al rubro.
Así, el 2025 deja una conclusión clara: el algodón paraguayo muestra señales de recuperación en área y apuesta productiva, pero continúa sin consolidarse como un generador estable de divisas.
Convertir el repunte del Chaco en una recuperación sostenible exigirá mejorar rendimientos, invertir en infraestructura y reconstruir la cadena textil nacional. Mientras eso no ocurra, el algodón seguirá siendo un rubro prometedor, pero vulnerable.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.