Música sin fronteras

La Orquesta Sinfónica Nacional y el ensamble de arpistas de distintas nacionalidades.
Marcos Lucena fue el principal promotor del encuentro.
Arpas paraguayas, celtas y clásicas, tocadas por paraguayos y franceses.

Un gran ensamble con tres tipos de arpas y la Orquesta Sinfónica Nacional fueron protagonistas de un concierto que conquistó al público. Este evento fue otra prueba de que la música es capaz de borrar tanto las fronteras de estilos musicales como geográficas.

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Arpas paraguayas, celtas y de concierto, diferentes por sus características, pero esta vez unidas por la visión de Marcos Lucena, quien realmente fue ambicioso y se arriesgó a la hora de formar este ensamble. Pero gracias a su tesón se materializó un concierto admirable y que será inolvidable por el hito que marcó para la historia de la música en Paraguay, ya que también hubo tres estrenos mundiales.

Este ensamble se sumó a la Orquesta Sinfónica Nacional, dentro de su cuarto concierto de temporada internacional 2019. Con esta propuesta atrajeron a mucho público en el Gran Teatro del Banco Central del Paraguay, el miércoles pasado.

La velada musical se inició con el estreno de la Gran Guarania para dos arpas y orquesta, en re menor, compuesta por Lucena, con Doris Cañete y Alexander Da Silva como solistas. Bajo la dirección de Willian Aguayo, ofrecieron así una obra que viajaba entre la dulzura y lo apasionado, que en sus varios pasajes atravesó también una atmósfera de ensoñación.

Otro estreno de Lucena fue la obra “Arpegios Celta Guaraní”, esta vez bajo su batuta. Aquí ingresó el ensamble de 52 arpas, conformado por las Harpinbag, bajo la dirección de Aude Fortict (Francia) y el ensamble de arpas “Digno García”, del Conservatorio Municipal de Luque.

Fue un paseo entre sones celtas y aires paraguayos, una singular combinación que permitió a la gente disfrutar aquí cómo conviven arpas de lugares tan lejanos, separadas por la geografía pero unidas por la música.

Aguayo volvió para dirigir el tercer estreno, en tanto Lucena se sumó al ensamble, a la par de sus alumnos. Así tuvo lugar la interpretación del Magnificat, creada especialmente para este concierto por François Pernel, para arpas paraguayas, celtas y de pedales.

La OSN y arpistas se entrelazaron así en una obra que ofreció una amplia paleta sonora, ya sea de los instrumentos de la orquesta como de las arpas. Fue una jugada apuesta combinar los colores de tantos instrumentos también con las voces de la soprano Carolina López y el tenor Marcos Villalba.

Como no podía ser de otra manera, el concierto finalizó con música folclórica paraguaya. Sonaron así “Isla Sakã”, “Carreta guy”, “Cascada”, y otros temas, como símbolo de celebración de este encuentro de personas y culturas. El público fue así testigo de que la música une lo que las fronteras separan.

victoria.martinez@abc.com.py

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