A finales de 2016, “o melhor ano da usina e o maior ano en producão de energía”, Jorge Samek, entonces director general brasileño de la binacional, declaraba a colegas de Curitiba que Itaipú cubre sus costos con 75.000 GWh y que “el resto viene como descuento” para el sector eléctrico brasileño y paraguayo.
“Haciendo cálculos, no van a llegar a 80.000 GWh –en todo el 2019–. Será la peor marca histórica. Ni siquiera a los 84.000 GWh que estimaban..., porque no llovió. Evidentemente ellos –los administradores del ente binacional– contaban lluvias, que no ocurrieron”, manifestó ayer el Ing. Axel Benítez en un grupo de whatsapp que reune a especialistas del sector eléctrico de nuestro país.
El Ing. Benítez, con la sana intención de fundamentar sus apreciaciones, recordó que el año pasado, la central hidroeléctrica ya había alcanzado este nivel de generación a finales de octubre.
“Un mes e inclusive 40 días antes, ya había superado los 78.000 GWh. También estaban desembalsando, pero con una ventaja, la cota del embalse era superior a los 218 metros sobre el nivel del mar (msnm). Ahora están con una cota de 216,5 msnm”. apuntó.
Restó méritos a la versión oficial de Itaipú, según la cual esta crisis hídrica significará para la entidad binacional una reducción en su ingreso anual de US$ 80 millones.
“El perjuicio para Itaipú será mayor y, por ende, para el Paraguay en royalties, energía cedida, etc; pero que energía cedida vamos a tener si ni siquiera se está llegando a la garantizada”, añadió.
La energía garantizada, de acuerdo con la definición de Samek, ronda los 75.000 GWh, luego la diferencia entre esta cantidad y el total que genere la usina en un año es la adicional a la garantizada, cuyo costo oscila entre US$ 5 y 6/MWh.
Si la ANDE reduce, en esta coyuntura por causas naturales, la cantidad de energía barata que retira de Itaipú –que no llega al 25% del total, Brasil aprovecha la parte del león– una costosa verdad caerá de nuevo por su propio peso: “el usuario, nosotros, pagaremos los costos de los platos rotos”, concluía Benítez.