El especialista compatriota, que ocupó varios cargos de relevancia en la ANDE, y últimamente la Gerencia Técnica durante la administración del Ing. Pedro Ferreira, manifestó ayer que en el acuerdo defendido por el Ing. Luis Villordo, actual titular del empresa pública, saltan a la vista dos aspectos, principalmente. Primero, el aumento del nivel de contratación de potencia (de la energía más onerosa) por encima de nuestro crecimiento vegetativo, y el establecimiento de un cronograma de largo plazo que llega hasta el 2022. “En primer punto es opinable, pero el segundo punto es lo más delicado”, alertó.
Al respecto, recordó que el 31 de enero del 2007 se firmó en Río de Janeiro (Brasil) el documento conocido con el nombre de “Acuerdo Operativo”, que regiría hasta el 2023, en el cual, si bien ya se estipulaba un contrato de largo plazo, sin embargo, permitía variar (la contratación) a más o menos 350 MW.
Cáceres añadió que, a pesar de la existencia de dicho acuerdo, Villordo “presentó en sociedad” un documento en que acepta la contratación de largo plazo, pero se le obliga a la empresa estatal paraguaya a dar esos números, que ciertamente se pueden flexibilizar hacia arriba, pero no hacia abajo. “Es lo que establece de forma taxativa el punto 1.2.1, que dice: ‘Los valores de potencia contratada para los años 2021- 2022 de la tabla precedente podrán ser aumentados siempre que sea informado por la ANDE antes del 31 octubre del año anterior...’”, remarcó el ingeniero Cáceres.
Agregó que eso implica que la ANDE ha entregado un beneficio que había alcanzado en Río de Janeiro, en virtud del acuerdo del 2007, “a cambio de nada”, y solamente “para atender” los intereses de los brasileños, porque hace rato que Eletrobras estaba “encima”.
Precariedad
Sobre el punto, el profesional explicó que el sistema eléctrico paraguayo opera en situación “muy precaria”, gran parte sobre Itaipú (alrededor del 90%) y una pequeña parte (alrededor del 5%) sobre Yacyretá, debido a que no se puede operar ambas fuentes paralelamente, y además porque existe una limitación en el retiro de nuestra energía de Yacyretá.
En este contexto, comentó que la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) ha informado que el 27 del corriente será inaugurada la adecuación de las barras en 500 kV, lo que significa que para el año que viene la ANDE tendrá la posibilidad de retirar la totalidad de la energía que le corresponde a nuestro país en esa central hidroeléctrica. Agregó que en el primer semestre de 2020 Itaipú, Yacyretá y Acaray estarán sincronizadas para su funcionamiento en paralelo.
Dijo que si en la EBY se consigue bajar la tarifa, aunque sea provisoriamente por unos años, por debajo de 30 US$/MWh, que es el costo actual por entrar en el contrato de Eletrobras, Paraguay puede traer energía de Yacyreta a mejor precio para las cargas de punta que el que le estamos pagando a la Eletrobras por la cesión, con las ventajas que eso va traer a la economía de la ANDE y las ventajas técnicas que supone tener un sistema interconectado alimentado por dos fuentes. “Con este acuerdo estamos atados hasta el 2022”, subrayó el ex alto funcionario del ente estatal.
Contratación anual, perdida
Una de las pérdidas más importantes con el nuevo acuerdo ANDE-Eletrobras es la posibilidad de contratación anual de energía, que es lo que convenía mantener, afirmó igualmente el ingeniero Fabián Cáceres. Argumentó que era lo más conveniente, debido a que el sistema eléctrico del país es pequeño, que depende de Itaipú en más del 90%, mientras que Brasil solo en 15%. Dijo que los brasileños tienen la capacidad de realizar combinaciones, compensando fuentes de generación de energía, lo que Paraguay no posee.