El pleno de la Eurocámara debe ratificar ahora el Tratado de Retirada, negociado durante más de tres años.
La aprobación de la legislación por la monarca es uno de los últimos pasos antes de que el Reino Unido se convierta en el primer país en abandonarlo, tras más de tres años de arduas negociaciones, acalorados debates y un bloqueo político que dejó al país profundamente dividido.
Ahora, faltan las firmas de Johnson y de los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, Charles Michel, y que el Parlamento Europeo ratifique el acuerdo el próximo miércoles 29.
El Reino Unido se encamina así a protagonizar el primer divorcio en más de 60 años de proyecto europeo, en cumplimiento de lo decidido en un referéndum en 2016.
Boris, el salvador
Carismático y controvertido, Johnson ha triunfado donde su predecesora Theresa May fracasó, gracias a la aplastante mayoría que logró en las legislativas anticipadas de diciembre, con la que ahora puede hacer aprobar lo que se le antoje.
La promulgación del texto marca una gran victoria para el líder conservador, que llegó al poder en julio como el salvador de Brexit.
El pacto resuelve los términos del “divorcio”, incluye la garantía de los derechos de los ciudadanos británicos en la UE y los europeos en el Reino Unido y resuelve el rompecabezas sobre cómo mantener abierta la frontera terrestre en Irlanda.
Garantiza además una ruptura sin problemas al prever un período de transición hasta finales de 2020, durante el cual el Reino Unido y la UE negociarán su futura relación.