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En plena crisis por el programa nuclear y balístico del totalitario régimen norcoreano, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, el estadounidense Jeffrey Feltman, había partido desde Pekín al comenzar la tarde.
El viaje se produce en medio de fuertes tensiones, seis días después del disparo por Pyongyang de un misil balístico intercontinental que según el régimen norcoreano podría alcanzar cualquier lugar del territorio continental de Estados Unidos.
El lunes, Corea del Sur y Estados Unidos iniciaron importantes maniobras militares aéreas en el marco de su mayor ejercicio militar conjunto hasta el momento con 230 aviones de combates, incluidos los furtivos F-22 Raptor.
Antes de llegar a Pyongyang, Feltman se reunió el lunes en Pekín con el viceministro de Relaciones Exteriores chino, Li Baodong.
Pekín, principal sostén económico y político de Corea del Norte, sostiene que aplica estrictamente las sanciones internacionales contra Pyongyang, y pide que se reanuden las negociaciones.
La ONU adoptó hasta ahora ocho tandas de sanciones contra Corea del Norte, que prohíbe la compra de carbón, hierro, textiles o productos de la pesca norcoreanos e incluso emplear a trabajadores norcoreanos.