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El encuentro con el Pontífice tuvo lugar el pasado domingo 27, a la tarde, luego del encuentro con los obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) en la residencia Sumaré, de Río de Janeiro.
Martínez presentó al Santo Padre los saludos y las constantes oraciones que elevan las hermanas carmelitas de Asunción por su persona, para que sea un buen servidor de Cristo. Además, le entregó los escritos y obras de María Felicia de Jesús Sacramentado.
El Papa se mostró muy agradecido por el gesto y las oraciones por su persona y ministerio.
María Felicia, familiarmente “Chiquitunga”, nació en la familia Guggiari Echeverría en Villarrica, Paraguay, el 12 de enero de 1925. Llevó una vida entregada a la oración y al servicio de los más necesitados.
A los 16 años entró en la Acción Católica, de la que fue miembro entusiasta y dirigente abnegada, y a los 30 años tomó los votos de las Carmelitas Descalzas de Asunción, el 2 de febrero de 1955. Murió el 28 de abril de 1959, en tanto que su proceso de beatificación se inició el 13 de diciembre de 1997 y tras doce años, el papa Benedicto XVI firmó el decreto en el cual se la declaró venerable, paso previo a la beatificación.