Lavandería Paraguay

El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y presidente de la Asociación Nacional Republicana (ANR, partido Colorado), Pedro Alliana, consideró días pasados que el proyecto de ley que propone la trazabilidad del dinero que mueve cada candidato en las elecciones internas de los grupos políticos de nuestro país es “un ataque de los partidos chicos a los partidos grandes” y que no hay urgencia en tratarlo.

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Horacio Cartes, ebrio de entusiasmo el día en que Alliana ganó la presidencia de la ANR, contó en su discurso de victoria que él aportó mucha plata a la campaña, plata que nunca, jamás, apareció en la rendición de cuentas de la ANR.

No es de extrañar, por tanto, que Alliana no quiera que haya trazabilidad de la plata de Cartes que él mueve. Y, como Pedro Alliana, está la mayoría de los integrantes de la Cámara de Diputados, celosos custodios de la negritud del dinero que reciben y gastan.

Pero para ser justos hay que decir que esa mayoría de diputados está claramente liderada en este tema por los integrantes de Honor Colorado, el movimiento de Alliana, rama política del grupo Cartes.

Y tampoco debe extrañar que las rendiciones de cuentas en los términos de la actual ley de financiamiento de las que se jacta Alliana sean, peor que un chiste, una estafa pura y simple: El dinero sucio y negro que inunda a raudales la política de nuestro país nunca, jamás, entró a las contabilidades de los partidos o los movimientos políticos sino, siempre, a las cuentas de los candidatos, individualmente, o de sus prestanombres.

La actual ley de financiamiento político es una estafa pura y simple realizada por los beneficiarios del dinero negro para engañar al pueblo paraguayo acerca de sus fuentes de ingreso.

La protección del dinero negro es lo que impide a Alliana y sus cómplices en la Cámara de Diputados sacar las debidas conclusiones del escándalo de la municipalidad de Lambaré, donde Armando Gómez y Roberto Paredes edificaron una estructura de recaudación que no hubiera podido establecerse si hubiera ley de trazabilidad.

Es obvio que Alliana y sus cómplices tampoco sacarán las debidas conclusiones sobre el escándalo de la municipalidad de Asunción, que costó el puesto a Mario Ferreiro, donde el grupo de los “asados de fin de semana” no hubiera podido operar con tanta libertad si hubiera ley de trazabilidad.

De paso, el cómplice de Alliana, Hugo Ramírez, tal vez deba explicar algunas cosas de las que ocurrieron durante la gestión de Mario en términos de licitaciones. Óscar “Nenecho” Rodríguez es su delegado en la capital de modo que no hay razón alguna para festejar la caída de Ferreiro.

Pedro Alliana y Honor Colorado nunca permitirán que haya ley de trazabilidad. Su patrón perdería imperio si se supiera que las lealtades que tiene en el mundo político son compradas. Harán en esto lo que Sandra Quiñónez hace desde la fiscalía para proteger la Lavandería Paraguay.

evp@abc.com.py

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