Largo tiempo empleado en campañas educativas de concientización dieron frutos y vamos de a poco avanzando en este asunto y en otros. Las personas se dan cuenta de que pueden hacer mucho informándose, hablando, participando a través de una organización. Realmente las comisiones vecinales son un gobierno que articula actividades con el municipio local y la gobernación. Con veinte miembros que se integren en asamblea y reconocidos por el municipio tienen atribuciones muy interesantes para trabajar por los vecinos. Las tareas pueden abarcar no solo en cuestiones ambientales o salud, también incluyen educación, seguridad y obras. Las comisiones vecinales pueden reunir fondos para ayudar a empedrar, asfaltar, colocar alumbrados públicos, peticionar plazas, escuelas, rutas, hospitales y otros emprendimientos.
En materia de educación, pueden organizar charlas sobre dengue y otras enfermedades transmisibles; como evitar embarazos de adolescentes: los peligros del uso de drogas; el cuidado del medio ambiente: no maltratar a los animales y tantos temas más. En la educación se puede tratar muchos temas inclusive seguridad y prevención de abusos sexuales.
De las comisiones vecinales pueden surgir nuevos líderes y figuras sociales y políticas que deseen trabajar por el país. Estos grupos son los semilleros de intendentes, concejales, gobernadores, diputados y senadores. Incluso, Presidente de la República. Por eso es importante fomentarlos y apoyarlos a todos los niveles, pues la reserva cívica y moral, se encuentra en ellos. Los principales referentes de los diferentes partidos políticos tienen una deuda con los jóvenes que es la formación de la cívica y la moral.
El civismo no es solamente ir a votar cada cinco años en intendentables y presidenciables. El civismo es conocer nuestros derechos y obligaciones. Tener a mano la Constitución Nacional y las demás leyes vigentes en la República. Por eso cuando se realiza una sesión en el Parlamento y se tratan temas relevantes, tenemos que seguir como si fuera un partido de la selección nacional. Analizar, discutir, debatir y exigir cuentas claras. Denunciar un maltrato animal, un abuso de niños, un acto de corrupción o una violencia doméstica, también son actos de civismo.
Las comisiones vecinales pueden luchar contra el dengue o la influenza a través de mingas ambientales. Pueden poner casetas policiales o señales de alertas. Pueden formar redes de WhatsApp para cuidarse unos a otros. Pueden colocar cámaras o tecnologías avanzadas para la seguridad del barrio. Pueden instalar luces, plazas y parques. Contar con escuelas, hospitales y calles llenos de jardines y flores. Pueden traer empedrados y asfaltos que signifiquen progreso y desarrollo para ese lugar. Pero quizás su tarea más relevante sea formar a sus integrantes en la parte cívica y moral. Para que sean ciudadanos dignos, honestos y responsables. Con espíritu solidario, que busque el bien común y no precisamente llenarse los bolsillos a través de actividades ilícitas.
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