Duros golpes a los políticos

El 2020, en apenas dos meses, ya arrojó noticias interesantes en el ámbito político, como una especie de tráiler de las películas. Y como este es un año electoral, lo que queremos decir es que ya se calentó el ambiente a una semana del reinicio del periodo legislativo, previsto para el lunes 2 de marzo, y a cinco meses de las internas simultáneas de los partidos y movimientos para las municipales, cuyas generales se llevarán a cabo el 8 de noviembre.

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Gracias a un grupo reducido de legisladores, pero con el fuerte respaldo ciudadano y ante la supervisión de la comunidad internacional se logró que el Congreso se reuniera en el receso parlamentario y sancionara el proyecto que modifica la ley de financiamiento político. No será el remedio definitivo para frenar la inyección del dinero “sucio” en las campañas, pero pone importantes obstáculos, que ya representan un avance alentador.

Mirando desde el exterior, en este caso, al menos, el Paraguay dio la señal de que quiere combatir electoralmente a las mafias que financian candidatos y movimientos, pese a que varios legisladores de partidos tradicionales (colorados y liberales) se oponían en principio a la sanción del proyecto de ley. Lectura comprensiva.

El Ejecutivo promulgó la ley de financiamiento el 18 de febrero, al día siguiente de la sanción. Y tuvo ya un debut inesperado porque había sido que desde el PLRA presentaron facturas clonadas en la rendición de cuentas del dinero que se debe destinar a las campañas políticas, según confirmó la Subsecretaría de Estado de Tributación. Inmediatamente, el Gobierno de Mario Abdo Benítez remitió a la fiscalía.

Esta situación golpeó muy fuerte al principal partido de oposición. Evidenció que el manejo del dinero carece de controles rígidos y descarga la entera responsabilidad a los administradores, en este caso de Alto Paraná, que está ahora en el ojo de la tormenta porque supuestamente desde ahí llegaron algunos documentos inconsistentes.

Los dedos acusadores apuntaron al procesado diputado de ese departamento Carlos Portillo y llamativamente Efraín salió a defenderle. Otro punto negativo.

Y en la vereda de enfrente, como se dice en el ámbito futbolístico, las cosas no están muy bien. Con el imputado diputado Miguel Cuevas, el movimiento Colorado Añetete (oficialista) suma su segundo legislador preso junto al acusado Ulises Quintana. La lectura positiva es que en este caso se evidencia que el Ejecutivo no ejerce influencia en la justicia para tratar de salvarles a sus correligionarios de movimiento, pero lo negativo es que demuestra que en sus filas hay también personas cuestionables como en otros sectores de la ANR.

En las carpas del Nuevo Rumbo la cosa tampoco está muy bien porque su líder, Horacio Cartes, tiene un proceso en el Brasil por supuesto vínculo con el Lava Jato. Llegó a tener una orden de captura incluso, pero logró levantar temporalmente. A esto se suma que ya no están en el poder y necesitan inevitablemente abrazarse con sus archirrivales internos: Colorado Añetete para volver a ganar notoriedad en las elecciones municipales 2020.

De ahí surge en los primeros días de este mes la operación “Cicatriz”, muy sugerente por cierto, que tiene como objetivo acercar a los principales dirigentes de estos dos movimientos hasta ayer antagónicos. Así como están las cosas, este año se tendrá la foto del abrazo republicano entre Marito y Cartes. Si se produce esa imagen, el perdedor será Abdo Benítez, aunque le deba su continuidad en el gobierno a Honor Colorado ante aquel inminente juicio político por el caso de la energía de Itaipú.

Y como son las cosas del destino: hoy José A. Alderete es mediador para la unidad.

pguerrero@abc.com.py

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