Vulnerabilidad

El coronavirus -capaz de causar estragos a la humanidad- demostró que el hombre, por más poder que ostente, sea político, económico, social y científico inclusive, es tan vulnerable ante un microorganismo letal. Se cumple una lección biológica, que aún falta aprender, que cualquier ser patógeno puede causar enfermedades y mortandad humana.

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El coronavirus ha demostrado la vulnerabilidad del hombre. En todas las épocas de la historia aparecieron microorganismos, plagas, virus y bacterias, que después fueron controlados por las ciencias. A pesar del freno y control, quedan en el ambiente con su capacidad mortal latente.

En este siglo 21, con los avances científicos surgió el coronavirus que nadie previó una rápida expansión a nivel mundial. Sin embargo, este virus letal produjo un fenómeno en la sociedad: mejorar las reglas de urbanidad, convivencia social, evitar tantas agitaciones, un tránsito mejor ordenado y, lo más importante, quedarse en casa.

Significa que el microorganismo pudo más que las leyes y la fuerza pública, porque disminuyeron los niveles de violencia y el índice de criminalidad. Hay varios factores a considerar a partir de ahora: la higiene y la salubridad; el aseo urbano y el cuidado del ambiente a fin de mejorar el nivel de vida.

Evitar el atropello a la naturaleza, los incendios provocados de pastizales y reservas forestales es una asignatura pendiente, por falta de sanciones y aplicación de las leyes. Los entendidos en la materia definen como daños irreparables los incendios de praderas porque el fuego elimina nutrientes y organismos vivos del suelo y destruye la fertilidad de la tierra.

Son ejemplos para argumentar que el hombre es el único ser vivo que a pesar de su capacidad de pensar deteriora su propio hábitat. Ojalá la pandemia ocasionada por el virus sea motivo de reflexión de modo que las acciones humanas sean más conscientes y civilizadas en armonía consigo mismas, con la sociedad, la naturaleza y con Dios.

rmontiel@abc.com.py

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