Pactos políticos en los tiempos del covid-19

La pandemia del covid-19 no se extendió en el Paraguay de la manera descontrolada, como se temía, y en algunas cosas se vuelve paulatinamente a la “normalidad”. Entre ellas, la repartija de cargos a través de pactos políticos para que nada cambie demasiado en el sistema político.

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Nada nuevo bajo el sol patrio: los colorados, añetesistas y cartistas en el Senado –a quienes no los une el amor sino el espanto al brazo de la Justicia, al aislamiento político o a una eventual ingobernabilidad– apuntan a dar continuidad al acuerdo que mantienen desde el 2018 con el sector llanista del PLRA.

De hecho, el pacto nunca dejó de funcionar en algunos momentos puntuales para salvar el pellejo a alguna autoridad caída en desgracia, para acordar altos cargos en el Estado y para dar o mantener algunos puestos públicos a correligionarios y operadores.

Sin ir más lejos, el flamante ministro de la Corte Suprema César Diesel Junghanns elegido en la sesión del Senado del martes, es un producto genuinamente surgido de los votos libero-abdo-

cartistas, más allá de que algunos senadores no lo hayan acompañado por cuestiones de intereses personales.

En la Corte, después de la “primavera meritocrática”, en los inicios de la gestión de Abdo Benítez, en la que fueron designados por unanimidad Ramírez Candia y Jiménez Rolón, se entró nuevamente en el terreno de las dudas y las operaciones políticas para “meter” en el máximo tribunal a algunos “amigos”.

Las vacancias posteriores a los dos ministros mencionados fueron llenadas, “casualmente”, por candidatos de origen colorado: Martínez Simón, Carolina Llanes y ahora Diesel. Los tres cargan con el sufijo de “istas” de pesos pesados como el vicepresidente Hugo Velázquez, Horacio Cartes y el mismo Abdo Benítez.

Las expectativas sobre la renovación y un Poder Judicial realmente independiente chocan con la realidad de una Corte en la que 7 de sus miembros son de origen colorado y solo 2 de origen liberal. La misma desproporción se mantiene en términos de género: solo 2 mujeres frente a 7 hombres. Esta conformación del máximo tribunal de Justicia dice mucho sobre el manejo del poder en la sociedad en la que vivimos y es fruto de los pactos entre políticos que mantienen la mentalidad de los tiempos del stronismo.

El acuerdo carto-abdo-llanista, con algunos matices explicables, es el que permitirá que un ministro de Educación muy cuestionado, como Eduardo Petta, eluda hoy en el Senado el voto de censura. Los defensores del ministro destacan como su principal virtud la honestidad, lo cual lleva a pensar que tan mal estamos que una cualidad que debería ser un atributo “sine qua non” para cualquier funcionario público es elogiado en Petta como algo extraordinario.

También se habla ya, en el marco del mismo pacto, de que el liberal Blas Llano apunta a la reelección como presidente del Senado desde el 1 de julio próximo, fecha que parece lejana, pero que está mucho más cerca que el fin de la pandemia.

El cargo era para un colorado, según un acuerdo abdo-carto-llanista anterior. Pero, en las actuales condiciones, al presidente de la República lo dejaría más tranquilo un liberal como Llano en la línea de sucesión. Por su parte, y aunque nada debería ya sorprender, a lo liberales llanistas les resultará difícil, a esta altura del gobierno colorado, justificar un eventual voto a favor de un oficialista.

La máxima que tienen en cuenta los políticos en estos tiempos del covid-19 es la de mantener el statu quo, evitar movidas que puedan dar sensación de inestabilidad y también que las desigualdades y los privilegios de quienes están cerca del poder solo sufran cambios superficiales, disfrazados de reformas estructurales al Estado.

mcaceres@abc.com.py

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