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Ya es un hecho que se remodelará, y la inversión llegaría al millón de dólares, lo que hace suponer que será una terminal modelo, internacional y que de una vez por todas dejará de ser una vergüenza para la comunidad guaireña.
Sin embargo, no es para nada atinada la idea de construir la nueva terminal en el mismo lugar, en pleno centro de la ciudad, que urbanísticamente está congestionada.
Villarrica sigue concentrando la mayor actividad comercial en el casco urbano. Por lo que construir la terminal en otro sitio contribuirá al desarrollo de la capital del Guairá.
El exjefe comunal Federico Alderete (PLRA) había proyectado trasladar la estación lejos del microcentro para que sea utilizada por buses de larga distancia y remodelar la vieja terminal para los colectivos de trayectos internos.
La oposición inmediata fue de los comerciantes ubicados en las inmediaciones, que temieron que esta mudanza acabe con la economía de lugar. Los concejales de aquel entonces apoyaron las quejas y el proyecto finalmente fracasó.
En las elecciones municipales del 2010 la discusión central fue la terminal: el candidato liberal, Federico Colmán, se mantuvo firme en el proyecto de procurar la construcción en otro lugar. El candidato colorado, en aquel entonces concejal municipal, Darío Ortellado, propuso reconstruir la terminal donde hoy está. Pero las urnas hablaron, poco más de 50 % de los votos fueron para la propuesta colorada.
Es descabellada la idea de invertir un millón de dólares para un solo lugar, más aun cuando se recurrirá a un préstamo de un banco privado, que implicará intereses; cuando que con esos mismos recursos se puede construir una nueva parada de buses de lujo; y refaccionar la actual.
No es la mejor opción, pero es la que democráticamente se eligió.
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