Vehículos “mau”, drogas y cigarrillos, negocio de políticos de la frontera

El asesinato del periodista de ABC Color Pablo Medina y de Antonia Almada permitió recordar al país que los políticos de la frontera y sus protectores empotrados en las más altas esferas siempre estuvieron ligados a los negocios turbios, como el robo y contrabando de vehículos de los años 80, 90 e inicios del 2000 y ahora el tráfico de drogas y de cigarrillo.

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Según los datos históricos de la asociación criminal entre los políticos y la delincuencia, la gran mayoría de los seccionaleros del departamento de Canindeyú se iniciaron en el submundo mediante el negocio del autotráfico. Era el “oficio” obligado de todos los mandamases del Partido Colorado de la zona, durante los últimos 20 años del siglo pasado, en la frontera con el Brasil.

Estos adquirían decenas de automóviles, camiones, ómnibus y tractores robados del vecino país y negociaban en todo el territorio de Paraguay. Militares y policías que estaban para defender la soberanía territorial recibían sus “partes”, como sigue ocurriendo ahora, para hacer la vista gorda.

Muchos de los políticos “mauseros” ya pasaron a retiro. Otros, sin embargo, como Carlos Villalba López, alias “Carlos Cabrito”, siguen firmes en el poder y con supuestas conexiones con las actividades delictivas que están de moda actualmente: el contrabando de cigarrillos y de todo tipo de drogas al Brasil.

“Carlos Cabrito” es el “eterno” intendente del distrito de La Paloma. Es hermano de la actual diputada Cristina Villalba, supuesta “madrina” de los narcotraficantes y otros especímenes de delincuentes que actúan en aquella zona.

La legisladora es la misma con quien se comunicó el entonces intendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques, autor intelectual de la ejecución de Pablo Medina y Antonia Almada, el 17 de octubre último, un día después del atentado en el distrito de Villa Ygatimí.

“Comanda” el negocio

Según datos de inteligencia de la Policía y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Carlos Villalba es quien comanda supuestamente desde hace algunos años el negocio de cigarrillos en su distrito, y existen serios indicios recogidos en los últimos años que confirman que miles de toneladas de drogas van mimetizados en las cargas de tabaco que se envían al Brasil de contrabando.

Otro comerciante de cigarrillos de “alto vuelo” que opera en la zona de Carlos Villalba es el brasileño Roque da Silveira, considerado un hombre astuto y peligroso, que además de ser propietario de una tabacalera es también dueño de miles de hectáreas de tierra en el departamento de Canindeyú y en el Chaco.

En la zona de Salto del Guairá, el “cacique” del negocio de cigarrillos por muchos años fue Marcial Morán, también seccionalero, pero su reinado terminó abruptamente el 9 de junio de 2011 cuando fue asesinado.

Desde allí se repartieron la representación del negocio varias figuras de oscuros pasados como Claudecir da Silveira, alias “Mano”, y el propio hijo del finado seccionalero, Héctor Morán, actualmente miembro de la Junta Departamental por el movimiento Honor Colorado, que llevó a la presidencia a Horacio Cartes. Otro de los fuertes en el negocio del cigarrillo es Luis Boscato, alias “Boscatinho”, considerado igualmente de alta peligrosidad. Aparece como abogado y amigo de todos ellos el actual intendente de Salto del Guairá, Eduardo Paniagua.

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