Citas sobre la alimentación y hechos sobre el Gral. Díaz

Sepa qué dijeron Miguel de Cervantes, Mark Twain, Winston Churchill y Virginia Wolf sobre la alimentación.

Miguel de Cervantes
Miguel de CervantesArchivo, ABC Color

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“Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Miguel de Cervantes (1547-1616), escritor español.

“La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer”. Mark Twain (1835-1910), escritor y periodista estadounidense.

“A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada”. Winston Churchill (1874-1965), político británico.

“Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien”. Virginia Woolf (1882-1941), novelista y editora británica.

Querido General Díaz

José Eduvigis Díaz Vera nació el 17 de octubre de 1833 en Cerro Verá (Pirayú). Hijo de Juan Andrés Díaz y Dolores Vera; muy pequeño, quedó huérfano de padre. A los 19 años, en 1852, se incorporó como soldado en el Batallón de Infantería a cargo de Venancio López, hijo de don Carlos Antonio López. Gracias a sus méritos, pronto se destacó y recibió los ascensos. Cuando el capitán Hilario Marcó se hizo cargo del batallón de Policía, le acompañó el ya entonces sargento Díaz. Tras una carrera como miembro del Escuadrón de Policía, en 1860 ascendió a oficial; en 1862 fue ascendido a teniente 2º. Cuando el teniente coronel Marcó cayó enfermo, el teniente Díaz se hizo cargo de la Policía y fue ascendido a capitán. Cuando estalló la Guerra contra la Triple Alianza, el capitán Díaz recibió la orden de conformar e instruir al Batallón 40. Fue jefe de las tropas restantes después del desastre de Uruguayana y Yata’i. En 1866, estuvo al frente de la defensa de Itapirú. Su actuación en los combates de Corrales, Tuyutí y Boquerón son memorables.

Al día siguiente de la batalla de Tuyutí, el 25 de mayo de 1866, los coroneles José Eduvigis Díaz y José María Bruguez fueron ascendidos al grado de general. Esta distinción mereció “manifestaciones entusiastas” de todo el Ejército. Díaz demostró su heroísmo en varias batallas, pero la que inmortalizó su nombre fue la victoria de Curupayty, el 22 de septiembre de 1866. Apenas cuatro meses después de pasar a la historia como héroe, el general Díaz murió tras cumplir una arriesgada misión encomendada por el Mariscal Francisco Solano López, donde el jefe de Sanidad, doctor Skinner, debió amputarle la pierna. Pese a los cuidados recibidos, falleció el 7 de febrero de 1867 en Paso Pucú. Una hora antes de su fallecimiento, fue honrado con un nuevo ascenso. Después de su muerte, su féretro fue llevado a Asunción, donde el pueblo lo acompañó hasta su última morada en la Recoleta. En su ataúd, junto con su cuerpo, fue colocada su pierna amputada. Una urna con sus restos reposa en el Panteón Nacional de los Héroes desde 1939. Mientras los López estuvieron proscriptos tras la guerra fue honrado como el máximo héroe nacional.

En su honor, llevan su nombre la Ruta PY04, que une San Ignacio con Pilar; además, un distrito del departamento de Ñeembucú, una localidad chaqueña, la Academia Nacional de Policía, un club que estuvo en la 1ª División del Fútbol Paraguayo y un club del fútbol pirayuense.

Fuentes: www.proberbia.net/ / https://pyhistorico.info/ / Compilación: Gral (SR) Lelín Ferreira Costa / Herib Caballero Campos. / https://institucional.us.es/

Recopilación: Marisol Palacios mpalacios@abc.com.py

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