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Altura, circunferencia de copa y tronco conforman la fórmula que deben calcular para medir a los añosos candidatos al Coloso de la Tierra, que en su sétima edición batió el récord de participación. Un total de 539 postulaciones llegaron de todo el país, pero solo 21 de ellos quedaron finalistas y fueron visitados para su medición correspondiente.
El certamen es organizado por A todo pulmón, Paraguay respira, creado por Humberto Rubin con el objetivo de resguardar el medioambiente con planes de reforestación y concienciación sobre la defensa de los bosques. El concurso que es solo uno de sus planes, pero quizá el más exitoso, consiste en la premiación del árbol más grande del país.
La comitiva de verificación estuvo compuesta por técnicos, periodistas, patrocinantes e invitados especiales que durante nueve jornadas, divididas en tres etapas, visitaron las comunidades para conocer los árboles y ayudar en la medición, pero fundamentalmente para conocer parte de la historia de cada candidato.
El departamento con más candidatos seleccionados fue Boquerón (Chaco), donde se visitaron tres samu’û (palo borracho), un quebracho colorado y un urunde’y. Justamente, el samu’û fue la especie con mayor cantidad de postulantes este año, con cinco nominaciones, seguido del yvyra pytâ que tuvo cuatro. Los requisitos que debían cumplir eran, principalmente, ser una especie nativa, medir como mínimo 20 m de altura y tener, al menos, 3 m de diámetro.
Especies nativas, deforestación y el árbol deportista
En nuestro país existen más de 200 especies nativas de árboles, sin embargo, por el avance de la deforestación para fines comerciales, varias de ellas se encuentran en peligro de extinción. Esta situación fue observada por muchas de las personas que integraban la comitiva durante las expediciones. Numerosos candidatos estaban rodeados de cultivos en campos, en los que todavía se podían notar que hasta hace poco existían bosques.
Pero varios de los candidatos se encontraban en lugares menos comunes, como un samu’û luqueño, que copa casi toda una vereda en el barrio Laurelty, o el “árbol futbolista” de la familia Meza de Borja, Guairá. “A veces se iba por él la pelota, rebotaba y seguía el juego. Era un jugador más, pero nunca nos planteamos la posibilidad de derribarlo a pesar de que recibimos varios ofrecimientos”, comentaba en guaraní don Armín Meza, quien candidató a tan especial árbol deportista.
Para la medición se emplea un complejo sistema, para el cual se requieren equipos específicos y mucha ayuda. Osvaldo Turlán, el ingeniero a cargo, fue el encargado de controlar la máxima precisión, ya que cada centímetro es determinante. En varias ocasiones, los voluntarios tenían que adentrarse en el bosque para poder medir las copas y la altura.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Paraguay reportó alarmantes cifras de deforestación en los últimos 25 años. Siguiendo este reporte, en la región oriental quedan menos de 4000 ha de bosques de las 9000 informadas. En cuanto a la región occidental, eran 18.000 ha, de las cuales hoy en día escasamente quedan 11.000 ha.
Boquerón es el que presenta la mayor cantidad de bosques perdidos, específicamente Mariscal Estigarribia, mientras que en la región oriental, el departamento de San Pedro.
Los datos del Instituto Forestal Nacional (Infona) revelan que solamente en el 2017, en el Chaco, echaron de forma ilegal 10.000 ha de bosques, que es el equivalente en tamaño a 400 parques Ñu Guasu o a la misma dimensión de toda la ciudad de Asunción.
Réplica sorpresa
La idea de realizar un concurso para buscar los árboles más grandes nació hace siete años. Justamente cuando acababa la última jornada de expedición, Víctor Ibarrola, director de A todo pulmón, recibió la noticia de que el Parlasur (Parlamento del Mercosur) emitió un comunicado y declaró de interés regional la campaña e instó a los demás países integrantes de la comisión a realizar proyectos similares para impulsar la conservación en sus respectivos países.
La noticia tomó por sorpresa a los integrantes de la organización. “Nos sentimos orgullosos y emocionados, y esperamos que estas siete ediciones del concurso sirvan de inspiración para acciones similares”, señaló Ibarrola.
El primer ganador
El enorme tatarê de la escuela Defensores del Chaco de Yaguarón ya es ganador. Se trata del “árbol de la gente”, electo mediante votos por redes sociales. La pequeña Cielo Abigaíl Bogarín fue la proponente y durante la visita, el último día de la expedición, comentó que en las vacaciones de verano iba al patio de la escuela a jugar con su hermanita y, al volver a su casa, escuchó la publicidad del concurso en la televisión, así que les preguntó a sus padres si podría inscribirlo.
Esta, según los directivos de A todo pulmón, fue una de las jornadas más emotivas. Un carro de bomberos escoltó a la comitiva; hubo música, bombas, y un amplio despliegue policial y ciudadano para recibir a los visitantes. Durante el acto principal, un exdocente leyó un poema que le escribió al árbol, que fue testigo de travesuras, historias de amor, nervios de las madres en el primer día de clases y muchas otras anécdotas, según leía entre lágrimas.
Premios
Los árboles ganadores serán denominados Colosos de la Tierra y cada uno de ellos recibirá un galardón confeccionado por el artista Juampi Pistilli, quien acompañó la última ronda de expedición, además de dos paquetes de ecoturismo, dos adhesiones a la cena anual de A todo pulmón y un smartphone. La premiación se realizará el 5 de setiembre en el complejo Rakiura, de la ciudad de Luque.
Fotos: ABC Color/Marta Escurra/Mónica Bareiro.