Paraguay a oscuras: hace 20 años

Una mañana de noviembre de 1994, gran parte del Paraguay quedó a oscuras por unos minutos, los animales estaban desorientados y a miles de kilómetros de nuestro planeta se vivía un espectáculo único: un eclipse solar.

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El evento cautivó a científicos y curiosos, quienes fueron partícipes del último gran fenómeno de ocultación del siglo en Sudamérica. Quien fue niño en los 90 recuerda con entusiasmo y un poco de nostalgia los preparativos para el eclipse total del Sol, ya que en los diarios se distribuían, días antes del suceso, filtros solares para realizar la observación, y algunos colegios suspendieron las clases para que los estudiantes disfruten del fenómeno en sus respectivas casas. Hubo grupos de estudiantes que realizaron expediciones al Chaco paraguayo, mientras que otros no sabían bien de qué se trataba todo esto.

Para algunas etnias autóctonas del Paraguay, el eclipse solar no era otra cosa que un jaguareté comiendo a la Luna. Por eso, arrojaban lanzas al animal y, unos minutos después, “escupía” a nuestro satélite natural. Lo cierto es que se trata de un oscurecimiento total o parcial del Sol (el del 94 fue total) que se observa desde un planeta, en este caso la Tierra, por el paso de un satélite, la Luna. El fenómeno es visto solo desde una pequeña franja en nuestro mundo. El oscurecimiento se da por la sombra que proyecta por la interposición de la Luna entre la Tierra y nuestra estrella.

Era el último evento astronómico de gran magnitud que se iba a tener en la región, y Asunción estaba en la franja central del eclipse, por lo que llegaron al país astrónomos de diversas partes del mundo, pero, principalmente, del Japón. En 1992 se había realizado el Operativo “Eclipse 94” y el Club de Astrofísica del Paraguay (CAP) fue designado coordinador general, de manos de la Municipalidad de Asunción. El objetivo del grupo era realizar campañas de concientización con dos enfoques: educar a las personas para una correcta observación del fenómeno, para prevenir accidentes, y explicar la importancia científica de lo que iba a ocurrir.

En enero de 1994, por iniciativa del CAP, el Gobierno paraguayo crea la Comisión Nacional para el Eclipse, con el fin de organizar todas las actividades relacionadas al evento astronómico de noviembre. Varias instituciones públicas y privadas se vieron involucradas en esto.

Visores

“Fabricamos y distribuimos 200.000 visores con filtros de material plástico, de los cuales proveímos un total de 110.000 visores a dos de los principales periódicos del país para su distribución, sin costo”, recuerda el Centro Paraguayo de Informaciones Astronómicas (CPIA), del CAP, dirigido por Miguel Volpe y Waldemar Villamayor-Venialbo.

“También proveímos con trozos de filtro a reporteros gráficos y camarógrafos de la prensa y la tele­visión, a quienes instruimos sobre cómo adaptar y fabricar portafiltros para sus equipos, y sobre cuan­do utilizarlos y dejar de utilizarlos”.

En esa oportunidad, se realizó también turismo científico. El CAP lo denominó “Crucero eclipse”, ya que se realizó un viaje en buque hasta un lugar llamado Mbopikua (cueva de murciélagos).

Divulgación

Otro de los grandes protagonistas del fenómeno fue el Prof. Blas Servín, quien en esa época formó la Asociación de Aficionados a la Astronomía y preparó otro grupo para fortalecer el camino para la observación del eclipse. “Visitamos decenas de colegios, dando charlas sobre los eclipses, cómo observar y prepararse. También comentábamos las anécdotas del eclipse total de Sol de mayo de 1947. Como asesor lo teníamos al recordado Prof. Dr. Alexis Troche Boggino, astrofísico, y en la Asociación al Ing. Samuel Hirschkorn, al Ing. Gustavo Ferreira y a varios profesores de ciencias”, recuerda Servín.

“Junto al Correo Paraguayo y el asesoramiento del arquitecto Anthony Chytil, emitimos dos estampillas, una en homenaje al padre Buenaventura Suárez y otra al Eclipse total de Sol - 1994. Con un sencillo programa calculé el evento: la duración, el horario de inicio y final, para varias localidades del Paraguay, y gracias al señor Humberto Rubin pude publicar con la Editorial Tiempo 14, dos ediciones de una Guía del eclipse, con las explicaciones sobre el fenómeno astronómico, su historia en el Paraguay, todos los datos necesarios para observar sin peligro y los horarios para distintas localidades”, rememora.

Semanas antes del eclipse, llegaron al Paraguay centenares de estudiantes del colegio Meisei de Tokio, lideraba el grupo el astrofísico Dr. Eijiro Hiei, acompañado de otros astrónomos asiáticos. Se organizó una reunión en el Salón Auditorio de la Universidad Nacional, donde se presentó la Guía del eclipse y se habló sobre el padre Buenaventura Suárez, primer astrónomo del Río de la Plata.

Día oscuro

Llegó el 3 de noviembre, y algunas personas decidieron quedarse en casa a observar lo que la Luna haría con el Sol. A las 9:42 horas de Asunción, nuestro satélite desfilaba frente a nuestra estrella, oscureciendo la ciudad. Varios animales no sabían cómo orientarse y la gente, ya informada, utilizaba sus filtros para ser protagonista de un evento celestial que no se repetiría en varias décadas.

“Fue un inolvidable día, desde tempranas horas preparamos nuestro puesto de observación, los alumnos tenían sus grupos de trabajo: medición de la temperatura ambiente, dirección y velocidad del viento; comportamiento de las aves, insectos, animales, sombras, etc. A la noche, participamos de un brindis con la delegación japonesa en un local de San Bernardino”, afirma Servín, quien hoy dirige el Centro Astronómico Bicentenario, donde está el planetario de la ciudad.

Lo que vino después del eclipse fue clave. Aunque todavía el Paraguay no cuente con la carrera de Astronomía en ninguna universidad, gracias a la donación del Japón se pudo construir el primer observatorio nacional, que hoy se encuentra en el predio de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, en el campus de San Lorenzo. También, actualmente, además del CAP y de la Asociación de Aficionados, existe la Sociedad de Estudios Astronómicos (SEA) y el Centro de Difusión e Investigación Astronómica (Cedia), que se encargan de divulgar los fenómenos astronómicos en el Paraguay. La asociación Astronomía Paraguay (AstroPy) trata de aglutinar a todos los grupos.

El futuro

Los interesados en el próximo evento similar tendrán que esperar mucho, ya que, según el CPIA, un eclipse total desde nuestro país ocurrirá recién el 16 de enero de 2075. Asunción esperará hasta el 17 de octubre de 2172 para su propio evento.

equintana@abc.com.py 

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