Cómo ahorran energía

Las adaptaciones de las ballenas son extraordinarias. Son enormes, como la ballena azul, de 26 metros de longitud y un peso de entre 80 y 134 toneladas. Hay una buena razón para este tamaño, puesto que la temperatura del agua es mucho más baja que la de su sangre y, al igual que otros mamíferos acuáticos, corren el riesgo de perder calor corporal y morir de frío.

Cargando...

Pero los objetos grandes tienen una superficie más pequeña en relación a su masa. Así que un animal grande pierde menos calor en su medio acuático que uno pequeño. Con ese tamaño, las ballenas logran vencer los problemas de la vida en agua fría y ahorran energía.

Una capa aislante de grasa mantiene la temperatura media de los cetáceos entre 36 a 37 grados centígrados. En la ballena ártica esta capa, de grosor especial, alcanza los 25 cm. La grasa no está firmemente fijada a los músculos del cetáceo. Como si fuera un almohadón, le sobra un poco; esto le permite moverse con facilidad por el agua sin producir turbulencias, ahorrando aún más energía. Además, almacena grasa en el hígado y gran cantidad de aceite en los huesos.

¿Qué comen?

No comen tanto como se piensa, su ahorro de energía física reduce la cantidad de comida necesaria para mantenerse caliente. Una ballena come plancton, se trata de plantas y animales flotantes. Guarda el plancton en unas cavidades denominadas barbas, los flecos de las barbas parecen cepillos, actúan como un tamiz, extraen el plancton de las toneladas de agua que absorbe con su boca mientras come. Las barbas no salen de los dientes, sino de las estrías del velo del paladar.

Las distintas especies de ballenas han modificado las partes de la boca, de diversas maneras, adaptada cada una para los diferentes tipos de plancton.

Los cetáceos que tienen barbas con finos flecos, como la azul, pueden atrapar el plancton más pequeño, compuesto de minúsculos crustáceos y larvas.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...