Buscan seguir solventando campañas políticas de privilegiados de siempre

En una reciente publicación de un diario capitalino sobre la revisión del Anexo C de Itaipú llama la atención, porque en la misma se plantea mantener artificialmente cara la electricidad para los paraguayos. Propone decir no a la reducción máxima del costo unitario de la energía de Itaipú.

Ingeniero Orlando Valdés (*)
Ingeniero Orlando Valdés (*)Archivo, ABC Color

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Se argumenta como motivo para mantener el sobreprecio artificial, vagas propuestas de inversiones a ser destinadas al desarrollo de nuevas fuentes de energía.

Sin embargo, por el origen de la propuesta y por todo lo ocurrido en estos años, sabemos que la intención es otra. Mantener el manantial de dinero que brota abundantemente en la binacional para premiar y/o fondear las campañas políticas de los privilegiados de siempre. Desde luego, a costa del empobrecimiento de la ciudadanía honesta.

Poco o nada importa que con el precio más bajo de la electricidad se podrá incentivar la instalación de industrias mano de obra intensivas. Y porque no, sustituir el combustible de origen fósil, 100 % importado, por la energía eléctrica barata.

Con la reducción máxima de la tarifa de Itaipú la ciudadanía de menores ingresos económicos podrán utilizar electrodomésticos para el bienestar de su familia, cocina eléctrica en vez de gas importado y leña. Dejarán el ventilador o la pantalla –Caacupé poty–, para dar un paso enorme en sus vidas accediendo al aire acondicionado.

Por fin, la célebre ducha eléctrica podrá ser usada. Un sueño inalcanzable para las familias de menores recursos, que en días de invierno deben asearse con agua fría, con el riesgo de contraer alguna enfermedad respiratoria.

Desear el bienestar para la ciudadanía generalmente es mal interpretado y hasta despreciado por los integrantes de la cúpula gubernamental. Desde luego, la intención es perpetuar a la mayoría de los paraguayos en un estado de pobreza extrema.

La otra “preocupación” expresada en la publicación de marras es la depreciación de las instalaciones de la binacional, algo anecdótico y no urgente, como sí es la pobreza, fruto de la corrupción y que mata más que el covid-19.

La depreciación está prevista en el Anexo C - I.5. “Gastos de explotación”, que expresa; “Todos los gastos imputables a la prestación de los servicios de electricidad, incluidos los gastos directos de operación y de mantenimiento, inclusive las reposiciones causadas por el desgaste normal”.

Depreciación

El concepto depreciación nada más es la: “pérdida de valor de un bien como consecuencia de su desgaste con el paso del tiempo y este pasar del tiempo conlleva también su obsolescencia, como un desgaste tecnológico por el paso del tiempo”.

Actualmente no está incluida en el plan de cuentas. Las razones de este hecho deberán ser explicados por los gerentes de la binacional, sin ninguna duda.

Lo que no se puede explicar es porque se debe aplicar costos unitarios artificialmente aumentados a la energía de Itaipú. No tiene sentido pagar más caro por un producto que es posible obtenerlo a menor precio, con la misma calidad y confiabilidad.

El Anexó C determina en el Ítem VI.1 que el costo unitario de la energía producida en Itaipú debe bajar. Esto no está en discusión y la reducción será como minino en un 63% del monto actual.

Es necesario extirpar los conceptos corruptos como los gastos sociales y ambientales, los miles de contratos hormigas, la mafia del alquiler del transporte del personal y los vehículos individuales innecesarios. Al eliminar estas malversaciones camuflados se incrementará la reducción de la tarifa.

El cálculo de la tarifa es una ecuación matemática que surge del Art. IV.1 del anexo C. Hoy la tarifa ya podría ser menor, según las declaraciones del exdirector general de la margen izquierda.

Manifestó que no fue posible hacerlo por no haber unanimidad en la alta gerencia de la binacional. En otras palabras, la margen derecha se opuso a esta reducción. La disminución del costo unitario de la energía de Itaipú habría afectado favorablemente a las cuentas de la ANDE y a sus usuarios.

Esta información es preocupante, transmite la pésima señal de que los representantes paraguayos en la binacional no priorizan las acciones que tienen como resultado final el beneficio para la mayoría de la población paraguaya. En este caso los usuarios de la Ande.

Es fácil observar que si están preocupados en mantener y/o incrementar los recursos para beneficio de sus grupos de privilegiados. Podemos concluir que nuestros empleados en la binacional no son confiables. Al igual al que no desea la máxima reducción posible del costo unitario de la energía de Itaipú.

La ciudadanía está atenta y no permitirá ningún acuerdo que no beneficie a nuestro país. La revisión debe realizarse de manera transparente. Con el acompañamiento de la prensa y para beneficio de la mayoría de la población paraguaya.

No son

Concluimos que nuestros empleados en Itaipúl no son confiables. Igual que el que no desea la máxima reducción posible del costo unitario de la energía.

(*) Jubilado de la ANDE www.orlandovaldes.com.py

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