El tema de la semana

El trágico derrumbe del puente del tramo de 37 kilómetros que une Tacuatí con la Ruta PY08 (ex Ruta 3) evidencia que la corrupción mata en nuestro país. El propio Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) sabía del peligro del colapso y no clausuró el paso. Hace 15 días dicha cartera de Estado tomó conocimiento de su peligroso deterioro. Y la carpeta asfáltica del mismo fue inaugurada el año pasado con “bombos y platillos” por este Gobierno.

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La obra era parte de los famosos y cuestionados “empedrados chinos” y se asfaltó en 2019 a un costo de G. 46.700 millones. El proyecto tuvo sobrecostos y fue inaugurado en abril de 2020 por Marito en plena cuarentena.

El paso, que conecta el Cruce Tacuatí (Ruta PY08) con Tacuatí, que se desplomó el miércoles por la noche, tenía fallas estructurales, y fueron numerosas las denuncias de los vecinos que alertaron de la situación. Dicho puente derrumbado se construyó en el año 2000 en el marco de los “empedrados chinos” y según fuentes del MOPC, el mismo fue erigido por la empresa Consorcio Talavera Ortellado-Vialtec y el contrato fue firmado en octubre de 1999. Pese a las consultas, más datos no fueron especificados.

Por su parte, Eduardo Blomberg, representante de Talavera y Ortellado, confirmó a ABC que efectivamente construyeron el puente hace 20 años, pero manifestó que recién están realizando un análisis para determinar las causas del derrumbe, las cuales pueden ser varias, añadió.

Por su parte, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, trató de desligarse del trágico suceso en Tacuatí, que dejó tres muertes, diciendo que “ese puente se construyó en el 2000 y no en nuestra administración”.

Acotó que solamente construyeron los accesos viales cercanos a la pasarela. Asimismo, indicó que aguardarán la resolución de la investigación de la Fiscalía y de la parte interna del MOPC para apuntar responsabilidades.

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