Una sola: Dirección Nacional de Aduanas y Subsecretaría de Estado de Tributación

De manera precipitada y sin la debida reflexión, promotores del Poder Ejecutivo que asumirá el gobierno el próximo 15 de agosto están avanzando en una ley para luego ir con otra legislación más que lamentablemente significarán más problemas que soluciones para el país.

Cargando...

La reciente aprobación en Diputados de un proyecto de ley que pretende crear una Dirección Nacional de Ingresos Tributarios, unificando la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y Dirección Nacional de Aduanas (DNA) es una de las herramientas de las que pretende valerse el gobierno entrante.

Un error mayúsculo. El propósito no es más que el intento de controlar todavía más los ingresos de dinero de personas físicas y jurídicas que ya soportan suficientes y demasiadas vicisitudes, atestada de coimas, trámites y otros “pedidos”.

Debido al Mercosur, la recaudación aduanera eliminó buena parte de los aranceles dentro del mercado común, disminuyendo de ese modo los ingresos. La actividad aduanera en concepto de ingresos fue afectada, sin embargo, y por otra parte, la recaudación en concepto del Impuesto al Valor Agregado (IVA) también fue en aumento.

Como se notará, el que ha perdido el control por ingresos arancelarios es la Aduana, ergo el mismo Estado. El problema es lo que se debe detectar y solucionar. Cuanto más abiertas se encuentran las puertas de ingreso de dinero por obra y gracia del poder coercitivo estatal en las condiciones de cómo funciona el sector estatal en la materia, pues más se incrementa la corrupción con todos los males que se conocen sobre el mismo.

SET y DNA

La pretensión del proyecto es una sola y no otra. Es aumentar el control estatal para así aplicar las políticas establecidas por el Ministerio de Hacienda (luego será el de Economía) en relación a los tributos. La nueva Dirección Nacional de Ingresos Tributarios tendrá a su disposición absoluta, esto es, la percepción y fiscalización de tributos que guarden relación con las rentas o ganancias, la enajenación de bienes, la prestación de servicios, así como todos los actos de comercio.

Estamos ante no solo una parte sino del todo de la tarea fiscalizadora. Aún más, como lo que se pretende es la unificación de la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y Dirección Nacional de Aduanas (DNA) todo el tráfico de fronteras así como los impuestos en general a la importación y exportación serán de atribución de la nueva Dirección Nacional de Ingresos Tributarios.

El proyecto no trata de mejorar lo que ya se tiene mediante la actividad transparente a la que el Estado está obligado de hacer en todo momento, sino otorgarle todavía más poder de coerción (como si ya no lo tuviera) en la respectiva fiscalización y control.

Se pretende así la integración de la SET y de la DNA en esta Dirección Nacional de Ingresos para supuestamente aquellas instituciones en su actividad recaudatoria sean más rápidas y eficientes.

De que podrán ser más rápidas y eficientes no me cabe duda, pero para el interés del fisco y de sus agentes que seguirán con las mismas modalidades de conducta, donde todo y repito todo trámite tiene que ser endosado previamente con la aduana invisible y no tanto, con la respectiva generosa dádiva conocida por todos en forma notoria y de público conocimiento para “mover” los expedientes y firmas de los funcionarios.

Lo mismo de siempre

El resultado de lo que se pretende no es lo que los proyectistas y el nuevo gobierno (porque este proyecto está relacionado a lo que se pretende desde el Poder Ejecutivo entrante) expresan como una nueva modalidad de transparencia y de mejor servicio para los contribuyentes. ¡Se mantendrá intacto el modelo de la cultura del trámite y la coima!

Si en realidad se pretendiera mejorar la eficiencia o lo que es lo mismo la calidad técnica y de honestidad en el relacionamiento Estado- contribuyente, pues lo que se debe hacer es precisamente cortar con aquella conducta conformada en una cultura que se ha vuelto una forma de ley desde la costumbre, pero de la sana costumbre que consolida hábitos de mejoramiento para las condiciones de vida de la gente.

Consolidar un modelo cuyo propósito es recaudar todavía más sin que se tomen en cuenta los egresos tributarios es colocar al ciudadano contribuyente por debajo del Estado. El orden de prelación ha sido modificado desde hace tiempo en el país. Es tiempo de devolverle el respeto y consideración al contribuyente, el que paga sus tributos y se desvela diariamente por mejorar su negocio y hacienda.

He ahí el tema de fondo. Los egresos tributarios. Los gastos del gobierno de turno ciertamente deben disponerse bajo el principio de legalidad constitucional con sus respectivas leyes y reglamentos.

Pero el hecho de contar como establece el proyecto de ley con una Dirección Nacional de Ingresos en desconsideración absoluta de los egresos, hará perpetuar lo que hoy se hace y todos los días: una forma de cultura del trámite y la coima que hace el “apriete” al sector formal de individuos y empresas privadas que sostienen a ese gigante de pies de barro llamado Estado.

El otro paso: El Ministerio de Economía

Además de la creación de ese engendro que significará la Dirección Nacional de Ingresos está lo expresado por el futuro ministro de Hacienda, Carlos Fernández Valdovinos. El mismo adelantó que la fusión de la SET con la DNA es el primer paso para el siguiente: la creación del Ministerio de Economía en reemplazo del actual Ministerio de Hacienda

De lograrse este objetivo lamentablemente nada de bueno traerá para el país. Será un empujón hacia la consolidación del absolutismo económico desde el pensamiento dominante en la actualidad por el cual unos cuantos burócratas y técnicos tendrán “la sartén por el mango” sobre la economía privada, de los individuos, las familias y empresas.

El objetivo de un Ministerio de Economía hará más fácil la aplicación de la demanda agregada para así supuestamente lograr el aumento de la producción y de la renta.

Y todo a causa –como dicen los neokeynesianos– por la acción necesaria y siempre eficiente (según ellos) del gobierno de turno afectando positivamente el consumo y la inversión.

Infelizmente para la población el incremento intervencionista al llevarse a cabo mediante el aparato de coerción y compulsión llamado Estado acarreará calamidades a los bolsillos de la gente en beneficio de las cajas del fisco, como en efecto se pretende con la creación de este nuevo adefesio denominado Dirección Nacional de Ingresos Tributarios que unifica la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y Dirección Nacional de Aduanas (DNA).

Error

Un error mayúsculo. El propósito no es más que el intento de controlar todavía más los ingresos de dinero de personas físicas y jurídicas.

Dinero

Cuanto más abiertas están las puertas de ingreso de dinero, más se eleva la corrupción con todos los males que se conocen sobre el mismo.

Tributos

La nueva Dirección Nacional de Ingresos Tributarios tendrá a su disposición absoluta, la percepción y la fiscalización de los tributos, entre otros.

(*) Catedrático de materias jurídicas y económicas. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...