Cargando...
Posteriormente se construyó una línea de transmisión en 220 kilovoltios, que permitía el retiro de hasta 200 megavatios de la central. Luego de varios años se construyó la segunda línea de transmisión, ya preparada para operar en 500 kilovoltios, con la cual la capacidad de retiro de nuestro país subía a 400 megavatios.
Sin embargo, esta disponibilidad nunca fue real, porque dentro de la central existían dos transformadores de 200 megavatios cada uno, que rebajaban la tensión de barra de la central de 500 kilovoltios a 220 kilovoltios, para su posterior entrega a la ANDE. Llamativamente, la mayor parte del tiempo, a lo largo de estos años, un transformador, en forma permanente, se encontraba “descompuesto”, hecho que limitaba la posiblidad de retiro de la ANDE, a 200 megavatios.
La línea preparada para entrar a operar en 500 kilovoltios, construida por la ANDE, desde la central hasta la Estación Ayolas, tardó años para operar en esta tensión debida a la falta de adecuación de las posiciones de salida de esta línea en la central Yacyretá. Esta línea permaneció operando en 220 kilovoltios durante más de 10 años por imposición de Yacyretá.
Recientemente, luego de varias reuniones, estudios y asignación de recursos para la ejecución de los trabajos de adecuación, se consiguió energizar la línea en 500 kilovoltios, con una condición, que se limite su capacidad de transporte en 700 megavatios, a pesar de que la misma puede retirar hasta 2.000 megavatios.
Hoy la ANDE construye aceleradamente una línea de 500 kilovoltios (LP2) desde Yacyretá hasta la Estación Villa Hayes, con capacidad para 2.000 MW, está previsto su entrada en operación para finales de mayo del 2018; sin embargo, los trabajos de adecuación para su conexión en Yacyretá, incluso hasta hoy, no están hechos. Es de esperar que en los próximos meses se inicien los trabajos en Yacyretá, así como la eliminación de la barrera en la primera línea ya en servicio (LP1), hoy restringida a 700 megavatios.
Como se puede observar, siempre hubo restricciones físicas para retirar la energía paraguaya de Yacyretá; sin embargo, esta situación no es sostenible en el tiempo, razón por lo cual se acordó en el Acta de Entendimiento una forma más elegante de obtener el mismo resultado.
En ese documento se establece, sin definir plazos, que la ANDE debe “…formalizar la entrega de los respectivos cronogramas de utilización de la energía generada, debiendo la Entidad Binacional Yacyretá arbitrar los mecanismos tendientes a dar efectivo cumplimiento a dichos requerimientos”. Para elaborar un cronograma de retiro de potencia desde Yacyretá, la ANDE debe considerar el crecimiento de su demanda de potencia y energía, la disponibilidad y la tarifa de la energía en los centros de generación.
El ritmo de crecimiento de la demanda es conocido, el precio de la potencia y de la energía de Itaipú es conocida y predecible, así como la de la amortizada central Acaray. Ahora tomamos conocimiento de los datos que permitirán determinar la tarifa actual y futura de Yacyretá.
Realizamos una estimación de la probable evolución del costo de la energía de Yacyretá a lo largo de los próximos 30 años, según lo establecido en el Acta de Entendimiento y la comparamos con la tarifa de Itaipú. También determinamos y la comparamos con la tarifa de acuerdo con lo establecido en el numeral, IX- Revisión del Anexo “C” del Tratado de Yacyretá, que no fue tenido en cuenta en el Acta. En el gráfico que acompaña esta nota se observa un costo promedio de la tarifa en Yacyretá del orden de 40 USD/MWh, a lo largo de los próximos 30 años, con picos superiores a los 50 USD/MWh a partir del año 2023 y otros menores, pero siempre mayores a la tarifa de Itaipú.
Con estas tarifas en Yacyretá, la ANDE se verá obligado a retirar, preferencialmente, potencia y energía de Itaipú, hoy con costos de aproximadamente 36 USD/MWh, considerando la energía adicional y otros arreglos y, a partir del 2023, estará en torno a los 20 USD/MWh o menos, por el tiempo de vida útil que le quede a esta central, liberando de esta manera la energía paraguaya en Yacyretá para cederla a la argentina.
De esta manera, con elegancia (“algo ya inventaran” dijo Jeffrey Sachs), la Argentina logra seguir apropiándose de la energía paraguaya, a precio de costo, más una propina en concepto de “Cesión”, no de venta.
El costo artificialmente elevado de la tarifa de Yacyretá es el resultado de la violación del numeral IX-Revisión del Anexo C, y de otras maniobras contables poco claras. A la Argentina, visto que cuenta con un parque generador mayoritariamente térmico, el artificial “aumento” de la tarifa de venta de Yacyretá no le afectará, además, si se analizan bien los estados contables, no debe extrañar que alertemos que estaría recibiendo por segunda vez beneficios que ya percibió.
En el gráfico que acompaña esta nota podemos observar la tarifa que debería tener Yacyretá luego de los 40 años de vigencia del Tratado, de aproximadamente 12 USD/MWh; pero nuestros representantes no lo consideraron conveniente para el país porque hipotecaron la energía paraguaya en Yacyretá por 30 años más. Si se aplica esta tarifa, la ANDE podría retirar toda la energía paraguaya de Yacyretá y los costos de sus usuarios se reducirán. Con la aplicación de lo establecido en el Acta, la tarifa para los usuarios de la ANDE se incrementará.
La aprobación del Acta de Entendimiento sería la aceptación de todos los abusos que ya fueron cometidos en la binacional por parte de nuestro socio, además de darles carta blanca para que continúen haciendo lo mismo, es decir, despojar de su energía a la República del Paraguay. Continuar haciendo obras con este tipo de socio es de necios y vendepatrias.
(*) Presidente AISEP