¡Mujer, valorate!

Los silencios, expresiones y actitudes violentas, fuerte tono de voz e inclusive negación de la mirada, todas estas características forman parte del maltrato, que no precisamente se trata de agresiones físicas sino también psicológicas. La autoestima cumple un rol importante pues es la forma en que cada una se valora a sí misma y debe ser cultivada siempre.

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La licenciada Ana María Frachi, psicóloga del servicio de atención a víctimas de violencia intrafamiliar del Hospital de Trauma Manuel Giagni, menciona que si la mujer es víctima de violencia doméstica e intrafamiliar (incluye el noviazgo) lo importante es que tenga claro que nadie tiene derecho a golpearle, a humillarle, a acosarle o a abusar de sus finanzas.

“Por tal razón es importante que conozca los servicios disponibles en su comunidad a fin de realizar la denuncia, y en caso de lesiones visibles en su cuerpo es importante que pueda ser evaluada en el servicio de salud, tal como se establece en la Ley 1600/00. Además y dependiendo del tipo de lesión esta puede ser denunciada en el Juzgado de Paz más cercano al domicilio o en la fiscalía correspondiente”, informa.

La mujer debe recordar por sobre todo que el amor no daña, el amor construye, por lo que ante cualquier característica de violencia, ya sea física o psicológica, se debe denunciar.

“Otros recursos disponibles son la Línea 137 y el servicio de asesoramiento –Sedamur–, que depende del Ministerio de la Mujer, la Policía Nacional, y los hospitales, y que son en estos momentos accesibles para atender casos de violencia doméstica e intrafamiliar. Los profesionales del sistema han sido sensibilizados y capacitados en la temática”, agrega.

Por su parte, la doctora Mirta Mendoza, médica psiquiatra, menciona que “lo importante es que la mujer se autovalore para poder romper ese vínculo enfermizo de vivir en violencia. El primer paso es acudir a un servicio de salud más cercano para la ayuda profesional psicológica, con la confianza de que encontrará una solución. Esta no precisamente es inmediata, y de eso hay que ser consciente, pero si la mujer desea se puede salir de esta problemática”.

La profesional afirma que “el Ministerio de Salud brinda atenciones gratuitas, ya sea en la atención psicológica como psiquiátrica”.

En tanto, la licenciada María Elena León, jefa del Programa Nacional para la Prevención y Atención Integral de mujeres, niñas, niños y adolescentes en situación de violencia, dice que “en muchas ocasiones resulta difícil y confuso para la mujer aceptar que una persona de su vínculo sentimental y de afecto, su propia pareja, ejerza violencia hacia ella. La mujer debe entender que existe resguardo de protección para la mujer violentada, así como para sus hijos, se trata de albergues que provee el Ministerio de la Mujer”.

La familia 

“Es imprescindible el apoyo familiar para que la mujer no se sienta sola, hay que apoyarla en el trabajo, la amistad, la familia, la iglesia, la comunidad”, culmina.

Las formas de herir

La licenciada Frachi explica que otro tipo de violencia es la económica y patrimonial (la falta de apoyo económico en relación con los gastos de la casa o de la crianza de los hijos. No conocer ni tener participación en las finanzas de la pareja, dependencia económica, prohibición de trabajar y tener ingresos propios, no acceder a los derechos vinculados al patrimonio inmobiliario o de otros bienes. La sexual ocurre cuando se la obliga a mantener relaciones sin su consentimiento, prohibir el uso de métodos anticonceptivos, descalificar o poner en duda la capacidad para mantener relaciones sexuales placenteras.

“La violencia se sufre en la casa, en la calle, en las relaciones de amistad y hasta laborales; de hecho cada día más se denuncia el maltrato a nivel laboral. Conocemos el daño que son capaces de causar estas conductas violentas y muchas de ellas competitivas por tanto descalificantes hacia el otro, aquella a la que se ve como rival”, acota.

La profesional señala que “estas son las formas más frecuentes de ejercer violencia, pero al mismo tiempo están tan naturalizadas que pasan desapercibidas para las mujeres. Sin embargo, el impacto a nivel psicológico queda intacto, por lo que se recomienda asistir a consultas de apoyo, considerando a las víctimas secundarias que en el caso de que se tratase de un matrimonio, son los hijos, ya que son testigos de esta situación de maltrato o violencia”.

La educación es lo mejor 

La licenciada León dice que lo ideal es la prevención desde la educación formadora de valores basada en derechos humanos, como por ejemplo, el respeto, la no violencia, la comunicación, la dignidad de la persona.

Es importante además “desestructurar la cultura machista en casa, se debe criar de forma igualitaria, tanto la nena como el varón. Las tareas se distribuirán de igual manera, sin distinción alguna. Los niños deben vivir en un mundo libre de violencia y en caso de que lo perciban los padres deben hacerles entender que esa acción no es la correcta”, añade.

La licenciada Frachi manifiesta que “hoy la violencia doméstica o intrafamiliar es más conocida, se habla más del tema y está menos estigmatizado”.

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