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Si bien no se trata de una bajante histórica, el pronunciado descenso y la no recuperación del nivel del río en los últimos meses, se torna preocupante. El servicio de balsa entre Salto del Guairá y Guaíra (Brasil) no opera desde hace más de un mes, mientras que los barcos areneros se mueven con gran dificultad y también están a punto de paralizarse.
Tanto el servicio de balsa como las embarcaciones que extraen arena cumplen funciones de gran importancia en el cauce del Paraná, en esta zona.
Por medio de la balsa cruzan diariamente a territorio brasileño decenas de camiones que trasladan granos (soja, maíz, arroz y otros) al mercado del vecino país o a los puertos de ultramar para su exportación a terceros países. Además, se emplea para la importación de insumos agrícolas como abonos, maquinaria y semillas.
Areneras
Las areneras que operan en el río Paraná, a su vez, proveen a las empresas constructoras de arena fina y gruesa, materias primas elementales para la construcción. Las empresas locales suministran el producto a varias partes del país, entre ellas a las empresas constructoras de asfalto e incluso surten a los consorcios responsables de la construcción de la línea de transmisión de 500 kV, entre la sede de Itaipú en Hernandarias y Villa Hayes.
“Estamos trabajando a medias, las embarcaciones que normalmente transportan 200 m³, traen apenas 80 m³, y podemos parar en cualquier momento”, señaló Félix Paniagua, dueño de una arenera local.
Emerge un poco de historia
El descenso del agua del Paraná trae a su vez hermosos escenarios de arena y piedra, a lo ancho de su curso. Ya cerca del puente brasileño “Ayrton Senna” emergió una plataforma de piedra que formaba parte de las elevaciones de los Saltos del Guairá. El lugar es utilizado por los pobladores como escenario fotográfico y un sitio para recordar el bello paisaje que alguna vez existió en el lugar.