Escalada de sangres dulces

La diabetes es una enfermedad que, de no tratarse, va carcomiendo la vida a través de varias enfermedades. La mala alimentación, el sedentarismo y la carga genética influyen sobremanera. La tendencia alcista de detección en los últimos años es alarmante.

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Solo desde 2013 hasta 2015, el Programa Nacional de Diabetes del Ministerio de Salud pasó de administrar 785.390 dosis de medicación vía oral contra la diabetes a 2.818.241 en un plazo de dos años. El aumento fue de 358,8%.

Esta curva ascendente concluye en dos afirmaciones: existen más personas con diabetes y más personas que saben que tienen diabetes, dos cuestiones totalmente distintas, ya que el subregistro también es elevado en nuestro país. Es decir, muchas personas la padecen, pero no lo saben. Parecería normal explicarlo, pero la diabetes es la alteración de la cantidad de azúcar en la sangre que, a la larga, afecta a los órganos del cuerpo si es que los niveles no son controlados. Un adulto debería mantener, en ayunas, un promedio de 70 a 110 mg/l de azúcar en la sangre. Estos son los parámetros óptimos.

La doctora Tanya Paiva es la directora del Programa Nacional de Diabetes. Ella informó que el 70% de los pacientes con diabetes están tratados bajo este programa y el resto en el Instituto de Previsión Social y otros centros privados. Las cifras son contudentes: al menos el 10% de la población paraguaya tiene diabetes y lo sabe. Esto equivale a unos 700.000 ciudadanos y la doctora Paiva asegura que un 4% de la población la posee pero no sabe que la tiene. Es decir, unas 280.000 personas más. En total, la cantidad de diabéticos en el país ronda el millón de personas.

Paiva confirma un dato demoledor: en diez años, la cantidad de consultas por diabetes en los hospitales del Ministerio de Salud pasó de 62.864 a 550.308 (2005 a 2015). Esto se dio porque los clínicos fueron capacitándose en diabetología y tuvieron la potestad de recetar tanto insulinas como medicamentos orales (pastillas) para tratar la enfermedad.

“En el país, la prevalencia de diabetes es de 13,7%. El 90% de las personas que padecen esta enfermedad cuentan con diabetes tipo 2, el 10% con diabetes tipo 1, en este último la mayoría de los afectados son niños”, dice el Ministerio de Salud. El tipo 2 se detecta en la edad adulta y el tipo 1 se detecta, generalmente, en la infancia. Generalmente se da por la incapacidad del páncreas de segregar la insulina necesaria para aplacar los niveles de azúcar.

 La doctora Paiva estima que unas 2.500 personas mueren como consecuencia de enfermedades derivadas de la diabetes cada año. Entre ellas figuran las enfermedades cardiovasculares, las infecciones que no sanan y se expanden y los llamados “pies diabéticos”, a raíz del deterioro de los sistemas de irrigación sanguínea. Así, la diabetes se constituye en la tercera causa de muerte en el Paraguay después de los accidentes cardiovasculares y del cáncer.

El Programa Nacional de Diabetes da de manera periódica, control metabólico y medicamentos gratuitos, a fin de prevenir los efectos crónicos de la enfermedad, como ceguera, amputaciones de miembros (pies/manos), problemas cardiovasculares como infartos y derrames (accidente cerebro vascular), entre otros.

Otro de los centros clave a la hora del tratamiento es el Instituto de Previsión Social. La doctora Elizabeth Valinotti, directora de Endocrinología, contó que también hicieron una reingeniería con la especialidad y muchos más médicos se capacitaron para tratar la diabetes. En total, dentro del sistema, son 105 profesionales lo que están capacitados para hacerlo.

“Tenemos un montón de médicos que están trabajando en diabetología; antes se tomaba a la diabetes dentro de lo que eran consultas especializadas. Hubo un aumento de consumo de insulina, los médicos recetan más rápido la insulina. Si el médico no está especializado, tiene miedo, y por ende el paciente tiene más miedo. El control metabólico se traduce a lo largo del tiempo”, dijo Valinotti, quien precisó que la meta principal es el control y la prevención de la enfermedad.

Pero la doctora se asincera: nada es posible sin la dedicación y voluntad del paciente. “El 90% del cambio en el estilo de vida es decisión del paciente. Comer lo que debe, hacer su ejercicio y cuando el médico está convencido (de que se puede cambiar), está convencido el paciente”, reflexionó.

 

La diabetes es un problema general en Paraguay no solo por la comida que se consume de manera frecuente. Muchos alimentos salados también se convierten en azúcar al ser procesados. “Todos los paraguayos tenemos una carga genética, los latinos en general (para tener diabetes). El 70% de los casos pueden ser prevenidos evitando el sobrepeso, haciendo ejercicios. Esto no es una condena, no porque tus padres tengan diabetes vos debes tenerlo”, señaló.

Finalmente, Valinotti dijo que la capacitación de los médicos que tratan la diabetes es muy importante. “Muchas veces las instituciones no quieren dar permisos para ir a los congresos y eso es muy importante. Es ahí donde se aprende sobre las nuevas drogas y tratamientos”, concluyó.

En cuanto a los medicamentos, tanto el MSP como IPS están cambiando a las drogas e insulinas que son más nuevas para el correcto tratamiento. En ese sentido, el MSP lleva la delantera. El IPS reconoció que debe cambiar el vademécum, y que esto llevará tiempo.

 

En el MSP por ejemplo, en el 2013, se distribuyeron 64.603 dosis de insulina. En 2015, la cifra fue de 105.000 dosis. Este aumento condice con las detecciones y el aumento de los casos. El Dr. Gonzalo Godoy, un especialista chileno que estuvo en nuestro país durante el Congreso de Medicina Interna en abril pasado, habló sobre las nuevas insulinas, en especial la Glargina U300 (toujeo), una dosis más y mejor concentrada que la U100 (lantus). ¿Cuál es la meta de lo nuevo? Es lograr la reducción de la hipoglucemia repentina, el descenso brusco del nivel de azúcar que también causa daño.

“Seguimos teniendo una población con malos hábitos de alimentación, que consume muchos azúcares simples y grasas saturadas. Seguimos sin hacer actividad física y seguimos fumando. Hay un porcentaje de población impresionante que sigue fumando a pesar de que existe claridad absoluta del daño que significa fumar (...) Las nuevas insulinas nos van a ayudar en el manejo de la glicemia, pero la base está en el estilo de vida de la población”, remató el médico chileno.

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