Entre la vanguardia y el minimalismo

La Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional (OSIC), dirigida por Diego Sánchez Haase, presentará hoy en concierto la obra “Jeroky” para flauta sola, del compositor paraguayo Nicolás Pérez González, en su homenaje; y la pieza “Formas; Fracciones; Fricciones”, de Ale Leju, como parte del programa Residentes. El programa se completará con la Suite Orquestal Nº 2 BWV 1067, de J. S. Bach.

El acceso al concierto será previo agendamiento hasta llenar el aforo permitido de 75 personas. Hay que escribir al WhatsApp 0971 277212 o al correo electrónico orquestasinfonicadelcongrespy@gmail.com, o llamar al teléfono 491-010, de 08:00 a 13:00.

Sobre los estrenos y los autores

“Jeroky”, para flauta sola, de Nicolás Pérez González, obra escrita en París en 1973, será interpretada por Adriana Aquino Navarro, flauta principal de la OSIC.

El compositor nació en Asunción, en 1927. Fue alumno de la célebre Sofía Mendoza en la Escuela Nacional de Canto. Luego de la Revolución del 47 fue exiliado, primero en Brasil, y luego se instaló definitivamente en París, dedicándose a la música popular formando el Trío Los Cangrejos y luego Los Calchaquís, con el cual tuvo gran éxito en toda Europa, además de varios países de América.

Luego conoció al afamado compositor francés Maurice Ohana, quien lo recomendó estudiar con Gerardo Guevara y Carlos Tuxen-Bang, y pudo presenciar las clases de la célebre pedagoga Nadia Boulanger.

Al ser París la ciudad más vanguardista de Europa, Pérez González abrazó también el lenguaje vanguardista en su obra académica, que reúne mayormente obras de música de cámara, piezas para canto y obras sinfónicas, varias de ellas ganadoras de importantes premios internacionales.

Retornó al Paraguay en 1989, tras 40 años de exilio, y formó el Círculo de Música Contemporánea del Paraguay. Falleció en Asunción, el 18 de mayo de 1991.

Ale Leju y la “minimal music”

Ale es el último compositor en estrenar su pieza inspirada en “La Catedral”, de Mangoré, en homenaje al centenario de su estreno. El mes pasado Fátima Abramo, Mar Pérez y María Eugenia Benítez ya presentaron sus obras como parte del programa “Residentes de la OSIC”. Él es violista de la OSIC y como músico y creador forma parte del Trío Blue, junto a Mar Pérez y Miguel Ángel Santacruz, con quienes lanzó el disco “Microfantasías” en 2020. Realizó sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Música y en el Instituto Municipal de Arte. Formó parte de distintas agrupaciones de música barroca con quienes realizó varias giras internacionales. Es realizador de música original para teatro y audiovisual.

“Cómo acercarse a una obra de la envergadura de “La Catedral” para mí fue un desafío importante. Recurrí al bagaje común: la obra de Bach, por lo que tomo un preludio escrito originalmente en Mi menor, pero transcripto en Si menor, y que tiene un diseño melódico semejante a esta obra de Barrios. A través de una libre asociación musicológica me inserto en él, lo voy desfigurando hasta que de alguna forma se asemeja al tercer movimiento de “La Catedral”. De ahí viene esto de las fracciones y fricciones. Como me sumerjo en el género minimalista de la música, busco los recursos que me ofrecen esas palabras para expresarlas con música”, explicó el músico.

“Es un desafío enorme, sin duda”, es lo que subrayó Ale sobre esta oportunidad de presentar una obra desde una inspiración como “La Catedral”. Asimismo, señaló que su proceso personal “siempre parte del caos”, por lo que esta propuesta le hizo confirmar que a veces, en el medio de ese caos siente “como una orfandad”, entonces “recibir un encargo o que te pidan algo específico como que motiva o te ayuda a poner orden y a partir de eso producir”. "

Señaló que aunque para algunas personas eso puede ser negativo, él lo usa a su favor. “A veces las cosas no salen como uno espera, pero es algo a lo que te terminas acostumbrando. Así como los arquitectos reciben un trabajo de hacer una obra y hay que concebir un espacio de la nada, lo mismo pasa con el mundo de los sonidos. Incluso en las formas como tal, son estructuras”, afirmó.

“Si algo disfruté fue haberme metido a investigar mucho más sobre Mangoré. Descubrí aspectos de su vida que me llegaron muy profundamente, en lo personal suyo y mío. Uno se ve identificado en tantas cosas que pasaban en su tiempo, hace 100 años atrás, y que siguen pasando hoy en día. Uno dice: si una figura como Mangoré tuvo que pasar eso, nosotros que somos nada ni nadie obviamente que vamos a pasar por cosas igual. Eso, más allá de romantizarlo, es más bien entenderlo, comprenderlo y aprehender de esas cosas que puedan servir como lecciones personales a partir de la historia, e ir para adelante”, reflexionó.

El artista profundizó que ello intentó “incorporar de alguna forma simbólica” dentro de su escritura o dentro de las ideas que intenta dar a entender, y más allá de eso también en su forma de “encarar el arte”. “Últimamente especialmente siento que todo pierde muy rápido el sentido, y sin embargo al poder agarrarte de algo que te genera una identidad o por lo menos un reflejo o algo mínimo, es como que ese sentido se recupera y con él un montón de otras cosas que todo el tiempo están ahí muy frágiles y sobre todo en una sociedad como la nuestra”, cerró.