Alfredo Castro, un actor que abraza la militancia política

Marta Garde París, 9 jun (EFE).- Actor, director teatral y en un futuro, si todo sale según lo previsto, también director de cine. El chileno Alfredo Castro atesora una reconocida trayectoria con un eje en común: su inclinación hacia los temas políticos, según reconoce en entrevista con EFE.

https://cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/abccolor/RDTHL4OYQND2BPQ2OWA2WKLKF4.jpg

Cargando...

Tras haber proyectado "Karnawal" en el Festival de Málaga, ciudad a la que volverá en unos días para el pase de "Las consecuencias", Castro, de 65 años, recibe un homenaje en el Festival Cinélatino de la ciudad francesa de Toulouse, que expone entre otras "Tony Manero" o "Tengo miedo torero".

"Me parece que éticamente me corresponde como creador presentar películas y personajes que más bien planteen preguntas y críticas a un sistema despiadado, neoliberal, que no tiene dificultades con la humillación del ser humano", cuenta el intérprete por videoconferencia.

Roles con un trasfondo turbio y firmados en gran parte por cineastas noveles: "Vienen con unas miradas no sé si nuevas, pero sobre el pasado, la memoria, la reconstitución de espacios que están desapareciendo opacados, oprimidos por la tecnología, por una globalización mal entendida".

Entre ellos los que muestra "Karnawal", ópera prima del argentino Juan Pablo Félix, donde en medio de la historia de un padre presidiario que se reúne con su hijo durante un permiso se introduce al público al Malambo, un baile de gauchos de origen precolombino que simula el trote de los caballos.

DEFENSOR DE NUEVOS DIRECTORES

La apuesta por esas nuevas caras deriva también en colaboraciones a largo plazo como la que mantiene con el también chileno Pablo Larraín, con quien ha trabajado en "Fuga" (2006), "Tony Manero" (2008), "Post Mortem" (2010), "No" (2012), "El club" (2015) y "Neruda" (2016).

Cintas que han afianzado su trayectoria internacional, que él inició precisamente con "Fuga", y a pesar de las cuales se sigue sintiendo un principiante.

"Va a parecer un cliché espantoso, pero cada nuevo proyecto para mí es empezar absolutamente. Enfrento las películas desde un lugar francamente de no saber nada, donde tengo que crear a una tercera persona para poder asumir, desde la metabolización, a ese nuevo ser que me solicita".

El actor no esconde que apuesta por temas que acaban hablando "de las situaciones políticas que imperan en Latinoamérica, como las dictaduras o el neoliberalismo", y dice haber tenido la suerte de que sus directores pertenezcan a un mundo alineado con su propio pensamiento.

ACTOR COMPROMETIDO

El cine no es su único altavoz de denuncia. "Mis redes sociales las uso para transmitir mi trabajo, y mi trabajo está plenamente asociado a mi pensamiento político, por lo tanto no hay una división entre lo que hago, lo que digo y lo que trabajo".

El también fundador de la compañía Teatro La Memoria, cerrada por la pandemia, estudia ahora dar el salto a la dirección cinematográfica con la adaptación de "Los trabajadores de la muerte", de la escritora chilena Diamela Eltit.

Lo quiere hacer con una producción pequeña, que le permita rodar "en diez días", como hizo Jorge Riquelme en "Algunas bestias", que también protagoniza.

"Quiero defender ese modelo porque me parece que el mundo del cine, emulando a Hollywood, se ha convertido en una jodienda. (...) Algunos jóvenes si no encuentran tres millones de dólares para hacer una película no la hacen", lamenta.

La presencia de Castro este miércoles en Toulouse le lleva de regreso a un país donde estudió interpretación en los años noventa y a un certamen "que se centra en lo creativo, que no está pensando en la alfombra roja, en las fotos, sino en el encuentro humano".

El festival se dividió este año en dos partes, una virtual del 19 al 28 de marzo y otra presencial desde hoy y hasta el 13 de junio, y ha premiado ya al actor con una mención especial por "Karnawal" y "Tengo miedo torero", entre otras distinciones a esas cintas.

Castro agradece el reconocimiento tanto del público, "más emocional", como de una crítica "muy bien fundamentada, de personas que trabajan en eso, sensibles y brillantes en lo suyo": "Todo sirve y suma", concluye.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...