El director ha reconocido en una entrevista con EFE que se trata de un nuevo giro en su carrera cinematográfica, "uno más", pero en esta ocasión pensó que "a través de la animación era una manera diferente de explicar el holocausto", partiendo de un libro de Jean-Claude Grumberg.
En la película, ambientada en la Segunda Guerra Mundial, una familia judía es deportada en tren a Auschwitz y, en un gesto desesperado, el padre arroja a una de sus hijas a la nieve, donde es rescatada por una humilde pareja de leñadores.
Hazanavicius vio mucho potencial en el libro, que "estaba escrito como un cuento, y la animación es un poco a la imagen lo que el cuento a la literatura, es a la vez una manera de poner distancia, pero también de poder dirigirse a los niños de manera sugestiva, puesto que permite evocar aquella tragedia".
En su opinión, el principal reto era "conseguir una distancia adecuada de las cosas porque la realidad de los campos de exterminio fue tan horrible y tan masiva que no se puede abordar de manera realista".
Su propósito fue siempre "mantener la distancia adecuada, es decir, hacer soportable algo insoportable sin mentir y sin desnaturalizarlo, decirles la verdad a los niños sin traumatizarlos".
Con un tipo de dibujo que a veces parecen las viñetas de 'Corto Maltés' y en otras los grabados de los 'Desastres' de Goya, Hazanavicius reconoce que cuando leyó el libro, le pareció leer un clásico, como si la historia existiera incluso antes de que se hubiera escrito.
Por esa razón, intentó conservar ese sabor clásico y decidió trabajar a partir de la pintura francesa del siglo XIX, mezclado con las estampas japonesas que tienen ese trazo negro que permite animar y trabajar con colores planos que funcionan con la animación.
Una historia intemporal y universal
A pesar de que el libro de Grunberg fue escrito hace diez años y que el director comenzó a trabajar con 'La mercancía más preciosa' hace siete, "la historia que cuenta sobre la guerra es desgraciadamente atemporal y universal, y tiene plena vigencia su denuncia y es totalmente oportuna".
Contrariamente al tratamiento que hacen las películas sobre la Shoah, en las que "se habla, sobre todo, de víctimas y verdugos", Hazanavicius ha preferido hablar de "los justos, que son los que salvaron el honor de la humanidad en esta historia, gente que, como el leñador, tomaron la decisión de salvar a esta criatura, que decidieron ser buenas personas".
La película, al igual que el libro, invita al espectador a pensar que "no es una historia que pertenezca a los judíos, ni a los alemanes, ni tan solo a los europeos, sino que pertenece a la humanidad, porque todos somos verdugos en potencia y víctimas en potencia".
Hazanavicius ya prepara el guion de su nueva película, que le llevará al género fantástico, una adaptación de la novela 'La Troisième main", de Arthur Dreyfus, que transcurre durante la Primera Guerra Mundial; y entretanto, explica, acaba de publicar en Francia un libro sobre combatientes ucranianos.