“Halloween” se despide con un final sangriento y atrevido

Jamie Lee Curtis protagoniza "Halloween: La noche final", en cartelera en cines de Paraguay.Universal Pictures

El satisfactorio final de la nueva trilogía de “Halloween” tiene algunos de los momentos más brutales y las decisiones más inéditas de toda la saga.

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Independientemente de lo que uno piense de la trilogía Halloween del director David Gordon Green, que se sitúa como una secuela directa del filme original de 1978 de John Carpenter establece una continuidad separada de todas las otras secuelas de la saga, uno no puede decir que carecen de ideas propias o ambición. La forma en que verbalizan y visualizan esas ideas a menudo es torpe, pero la voluntad de tomar riesgos con una propiedad tan establecida es admirable. Y La noche final es la película más arriesgada de la trilogía, para bien y para mal (aunque principalmente para bien).

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A diferencia de las dos películas anteriores, que trascurrían de forma inmediata la una después de la otra, La noche final trascurre cuatro años después de que Michael Myers volviera a Haddonfield para una masacre inimaginable. Myers desapareció, pero Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) y su nieta Allyson (Andi Matichak) intentan vivir su vida apartadas del miedo. Sin embargo, la ciudad en general vive acechada por el fantasma de la tragedia, y pronto la sangre vuelve a fluir.

Con La noche final, Green culmina una trilogía en la que toma el concepto original de John Carpenter en que Michael Myers es la encarnación de la violencia aleatoria, impasible e incomprensible que invade el Estados Unidos suburbano y lo despoja de su manto de percepción de seguridad; y expande en esa idea convirtiendo a Myers prácticamente en una fuerza de horror cósmico, un agujero negro de maldad pura con forma humana, cuya influencia o la mera sugestión de su presencia distorsiona, corrompe y enloquece al mundo a su alrededor.

En Halloween Kills, la película anterior, esa influencia enloquecedora tomaba la forma de una histeria masiva que llevaba a los ciudadanos de Haddonfield a salir armados a las calles a buscar a Myers para ponerle fin. Pero en La noche final el enfoque vuelve a pasar de macro a micro, centrándose no en Michael o en Laurie sino en un nuevo personaje, Corey Cunningham (Rohan Campbell), quien carga con el estigma de una muerte accidental y emprende su propio viaje hacia la oscuridad bajo la influencia demencial de Michael Myers.

Si Kills presentaba a Myers como una enfermedad epidémica que contagiaba locura, Ends lo presenta casi como un trastorno hereditario que Haddonfield transmite a sus hijos, que yace durmiente en el ADN hasta que las circunstancias correctas lo disparan.

La noche final es a menudo un filme desconcertante, muy distinto en tono y estilo a las otras dos películas que emulaban más de cerca la presentación del original de Carpenter; la propia película declara abiertamente que esa diferencia es intencional con los créditos de inicio, cuya tipografía emula los créditos de la fascinante Halloween III de Tommy Lee Wallace, la única película de toda la saga que no tiene nada qué ver con Michael Myers o la familia Strode sino que fue un intento de convertir a Halloween en una saga de antologías que no prosperó.

Durante su primera media hora está más cerca de un drama que de una película de terror, y la forma en que la película hace su transición al terror brutal de la segunda mitad se siente brusca y agresiva de una forma que podría considerarse poco elegante, pero que no deja de sentirse intencional, como si la vida normal que Laurie y Allyson intentaban construir se derrumbara como una casa de naipes cuando la locura vuelve a irrumpir como un viento huracanado en sus existencias.

En lo que se refiere a acción sangrienta, Green sigue estando en buena forma, presentando algunas de las muertes más perversamente creativas y gráficas de toda la saga Halloween – aunque irónicamente el asesinato más impactante es uno que solo se muestra parcialmente y desenfocado.

Además, Jamie Lee Curtis sigue demostrando ser una de las grandes heroínas de terror y acción en secuencias bastante intensas – con mención especial para sus dobles de riesgo que se lucen al ser zarandeadas de aquí para allá - y el gran James Jude Courtney vuelve a dar cátedra de actuación física al imprimirle a Michael una amenazante e indescifrable presencia, aunque su tiempo en pantalla esta vuelta sea más reducido.

Halloween: La noche final es un filme audaz al punto de la imprudencia, que apunta alto y yerra el blanco muchas veces, sin ser capaz de siempre unir los puntos de su historia y ambiciones temáticas. Pero la calidad y el entretenimiento están ahí, y en una época obsesionada al punto de reverencia con la nostalgia es admirable que Green y sus colaboradores no se hayan limitado a rendirle pleitesía a Carpenter, sino que hayan sacado sus juguetes de la caja y hayan hecho un desastre asombroso y entretenido.

Calificación: 3/5

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HALLOWEEN: LA NOCHE FINAL

Título original: Halloween Ends

Dirigida por David Gordon Green

Escrita por David Gordon Green, Danny McBride, Paul Brad Logan y Chris Bernier

Producida por Malek Akkad, Bill Block y Jason Blum

Edición por Timothy Alverson

Dirección de fotografía por Michael Simmonds

Banda sonora compuesta por John Carpenter, Cody Carpenter y Daniel Davies

Elenco: Jamie Lee Curtis, Andi Matichak, Rohan Campbell, Will Patton, James Jude Courtney, Nick Castle, Kyle Richards, Keraun Harris, Jesse C. Boyd, Joanne Baron, Rick Moose, Michael Barbieri, Michael O’Leary, Michele Dawson, Omar Dorsey

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