“Los Caballeros del Zodíaco”: una adaptación con el cósmos débil

Aunque por momentos logra sorprender con un interesante despliegue visual, la versión hollywoodense del clásico manga y anime no hace lo suficiente para satisfacer a fans o a neófitos.

Caballeros del Zodíaco película
"Los Caballeros del Zodíaco" está en cines de Paraguay.Sony Pictures

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La curiosa adaptación hollywoodense del clásico manga de Masami Kurumada Saint Seiya, popularizado en Latinoamérica por su versión animada Caballeros del Zodíaco, es una rara mezcla entre anacronismo y modernidad, entre fidelidad y americanización, que no carece de encantos pero que nunca trasciende las limitaciones de un guion poco pulido y un presupuesto claramente inferior a sus aspiraciones.

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La película sigue a Seiya (Mackenyu), un joven peleador que es hallado por un millonario quien le revela una verdad increíble: que Seiya está destinado a portar una armadura mítica y convertirse en el protector de su hija Sienna (Madison Iseman), la reencarnación de la diosa griega Atena.

La película del director Tomasz Baginski – un experimentado animador principalmente conocido por sus dinámicos tráilers animados para videojuegos como la saga The Witcher o Cyberpunk 2077 – tiene un pie plantado en la escuela actual de adaptaciones de cómics al cine, donde la fidelidad visual al material de origen es lo que se busca.

Aunque no son del todo idénticas a las versiones del manga o el anime, las armaduras de Pegaso y del caballero del Fénix (Diego Tinoco) emulan el espíritu de los diseños de Kurumada de forma interesante; se extraña el acabado lustroso de las armaduras en la versión animada, que siempre daba una sensación de solidez y poder, pero en general el diseño de las armaduras o el vestuario de Sienna cuando adopta su forma de Atena - que es idéntico al de la Saori del manga- está bien logrado.

El otro pie, sin embargo, la película lo tiene plantado en aquel periodo entre finales de los ‘90 y mediados de la década del 2000 en que la premisa al adaptar cómics o hacer películas de acción en general era “aterrizarlos” a una estética más realista combinada con un estilo influenciado por la saga Matrix; entiéndase los uniformes negros de los X-Men, los abrigos de cuero de Underworld; es la época que también engendró la bizarra adaptación hollywoodense de Dragon Ball, una “americanización” de la historia de Akira Toriyama que es fascinante en los tropiezos que da.

Pero en general la película logra un balance decente entre una estética anacronísticamente “moderna” y la iconografía de los dibujos de Kurumada.

Más allá de occidentalizar a algunos personajes como Sienna y su padre, e introducir secuaces anónimos con trajes que parecen una mezcla entre armaduras de caballeros y trajes tácticos militares, la película es bastante fiel a los inicios del manga, aunque simplificando considerablemente las cosas – nada de otros caballeros aparte de Seiya y el Fénix, etcétera -, una decisión inteligente cuyos beneficios la película no logra cosechar por culpa de un guion por demás débil, cuyo argumento hacia el final parece redactada por inteligencia artificial, totalmente carente de sorpresa o creatividad, desperdiciando la interesante motivación de la antagonista Vander Guraad (Famke Janssen) y la interpretación de la película de Atena no como una fuerza eminentemente benévola como en el manga, sino como una fuerza más neutral, caótica y posiblemente destructiva.

El elenco se defiende bien recitando los solemnes diálogos sobre armaduras, dioses griegos y cosmos con una sinceridad y algo de humor. El actor japonés Mackenyu no demuestra un carista particularmente sobrecogedor en esta excursión hollywoodense, pero es un protagonista más que aceptable, y Madison Iseman es probablemente lo mejor de la película como Sienna, inmediatamente entrañable y un poco más ácida en su trato que la Saori del manga; y siempre es bienvenido ver al gran Mark Dacascos en la pantalla grande.

La acción es... interesante. La introducción de proporciones míticas da la impresión de que la cosa va a ir por un estilo a lo Zack Snyder de suntuosas imágenes sacadas directamente de cómics, pero la mayor parte de las peleas tienen un estilo más moderno y frenético, con acrobacias por doquier, una cámara inquieta y movimientos ultrarrápidos que evocan las coreografías de Kenji Tanigaki para películas como las muy buenas adaptaciones de Ruroni Kenshin (Samurái X en Latinoamérica).

El resultado no es demasiado coherente, y se ve perjudicado por un trabajo de efectos especiales que claramente evidencia un presupuesto insuficiente para las aspiraciones de la película, pero tampoco es terrible.

Los Caballeros del Zodíaco es ocasionalmente entretenida, pero es una de esas películas condenadas a pasar sin pena ni gloria, transitando endeblemente por los cerebros de los espectadores y destiñéndose de la memoria para cuando estos salgan del baño luego de la función.

Calificación: 2/5

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LOS CABALLEROS DEL ZODÍACO

Título original: Knights of the Zodiac

Dirigida por Tomasz Baginski

Escrita por Josh Campbell, Matt Stuecken y Kiel Murray (basada en un manga de Masami Kurumada)

Producida por Joseph Chou, Yoshi Isekawa y Tim Kwok

Edición por Kenny G. Krauss y Peter Pav

Dirección de fotografía por Tomasz Naumiuk

Banda sonora compuesta por Yoshihiro Ike

Elenco: Mackenyu, Madison Iseman, Sean Bean, Famke Janssen, Diego Tinoco, Nick Stahl, Mark Dacascos, Caitlin Hutson, David Torok

Enlance copiado
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