“Rápidos y Furiosos” pierde el control y vuelca en su décima entrega

Con el tanque casi vacío, la taquillera saga de acción que protagoniza Vin Diesel se mueve en neutral por una constante serie de refritos de momentos de mejores películas.

Rápidos y Furiosos X película
Vin Diesel en "Rápidos y Furiosos X", en cines de Paraguay.Universal Pictures

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La décima entrega de la saga Rápidos y Furiosos es probablemente la peor de la serie – sin incluir al spin-off Hobbs y Shaw, que podría considerarse un poco peor –, elevando aún más la ridiculez de las escenas de acción pero olvidándose de amarrar esas secuencias a los personajes que los filmes anteriores definieron tan bien dentro de su simplicidad, y perdiéndose en una maraña innavegable y ocasionalmente insufribel de referencias al pasado de la saga.

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En esta ocasión, Dominic Toretto (Vin Diesel) y sus aliados son cazados por Dante Reyes (Jason Momoa), el despiadado hijo del narcotraficante brasileño a quien Dom, Brian y el resto del equipo se enfrentaron una década antes en Río de Janeiro.

Desde sus inicios como un cuasi-plagio de Point Break con carreras callejeras a su evolución como una saga internacional de acción criminal y su inesperada forma final como básicamente la tercera saga de espionaje más relevante del cine actual detrás de James Bond y Misión Imposible, las películas de Rápidos y Furiosos habían ido creciendo sostenidamente en ridiculez pero han mantenido un nivel altísimo de calidad en sus secuencias de acción con un balance justo entre efectos prácticos y digitales y un énfasis en un nivel de sinceridad y conexión con sus poco profundos pero altamente entrañables personajes y su enfoque obsesivo en la familia como un vínculo de hermandad que trasciende lazos de sangre, raza o incluso viejas enemistades, virtudes que han permitido a la serie resaltar en medio de un panorama de “blockbusters” hollywoodenses cada vez más homogéneo.

Pero con la décima película, Rápidos y Furiosos finalmente deja de resaltar, entregando por primera vez algo que se siente exactamente como la superproducción desechable que muchos detractores siempre acusaron a la saga de ser.

Muy de vez en cuando, en los rarísimos momentos en que la película se detiene y deja de lado los guiños a los fans y las movidas de ficha para la próxima película, hay destellos del cuidado y la atención al detalle en los personajes que realmente siempre fue la salsa secreta de la serie desde que Justin Lin tomó las riendas, lo que tiene sentido porque Lin, quien dejó la película y fue reemplazado por Louis Leterrier debido a “diferencias creativas”, aún tiene crédito en el guion.

Sin embargo, la mayoría de las buenas ideas hipotéticas que Lin pudo o no haber tenido en la concepción de la película acaban siendo enterradas por una ejecución demasiado centrada en referenciar el pasado o incluso películas fuera de la serie, armando un aberrante e hinchado monstruo de Frankenstein que se arrastra sobre piernas que no pueden sostener su peso.

Más allá de ocasionales homenajes a El caballero de la noche, la perennemente influyente película de Batman de Christopher Nolan, Rápidos y Furiosos X consiste casi totalmente en refritos de escenas o elementos de las entregas anteriores de la saga, absolutamente todas ellas inferiores a las versiones originales.

La película literalmente comienza con un “replay” abreviado del excelente clímax de la quinta película, pero insertando a Jason Momoa en la espectacularmente devastadora persecución con la bóveda por Río de Janeiro. Y desde allí comienza el insípido festival de nostalgia.

Una persecución en Roma con una bomba gigante fuera de control cayendo por las colinas de la capital italiana, probablemente el punto alto de la película en lo que a acción se refiere, no es más que un refrito de la misma secuencia de la bóveda en Río - Dante dice explícitamente que es un homenaje –, pero Leterrier, cuya filmografía tiene su buena cantidad de películas de acción sólidas como El transportador 2, nunca logra transmitir la sensación de fluidez, claridad y urgencia que Lin imprimía.

Lo mismo se da con las otras emulaciones que la película hace, como una persecución en una doble ruta elevada muy similar a la secuencia con el tanque de Rápidos y Furiosos 6, solo que sin el tanque o sin la dirección dinámica; una carrera en línea recta como las de la primera película, pero en la que la película repentinamente quiere que el espectador se preocupe por el destino de personajes que acabamos de conocer; una versión desabrida del salto en auto desde un avión de la película 7, y muchas más fotocopias de mala calidad.

El plagio nostálgico va incluso fuera de esas escenas de acción y abarca subtramas enteras como la de Jakob (John Cena), el hermano de Dom, que debe cuidar del hijo de Toretto como una versión prolongada y mucho menos entretenida de la escena en la que Jason Statham debía rescatar al mismo hijo en Rápidos 8. Hay un nuevo personaje que persigue a Dom y compañía que es básicamente otra versión más aburrida del Hobbs de Dwayne Johnson; y la lista sigue, y sigue, y sigue mientras el guion trata desesperadamente de meter todos esos elementos y armar un preámbulo para la película final que llegará dentro de dos años (si es que no deciden seguir alargando la serie, como Diesel ya amenazó).

Quizá el único punto positivo consistente de la película es Jason Momoa, quien se permite interpretar a Dante Reyes como una impredecible y carismática fuerza caótica. Momoa claramente se está divirtiendo como nunca y esa energía es infecciosa, y aunque el personaje roza demasiado al Joker de Batman, al menos ese tipo de vistoso príncipe criminal es un tipo de villano que la saga Rápidos y Furiosos aún no había tenido, es algo nuevo para variar.

Finalmente, traer de vuelta a la vida a personajes supuestamente muertos está bien una vez, como Letty (Michelle Rodriguez) en Rápidos 6. Incluso se disculpaba en Rápidos 9 con Han (Sung Kang), pero ya estamos en el punto en que es oficialmente un detrimento para la serie, porque desde ahora cualquier escena de peligro resulta totalmente imposible de tomar en serio.

Rápidos y Furiosos siempre fue una saga tonta, pero dentro de esa tontería se escondía un nivel de calidad técnica, una escala de espectáculo y una falta de cinismo que convertían a cada nueva película en algo muy disfrutable. Ahora, por primera vez, Rápidos y Furiosos es exactamente tan tonta y escasa de valor como sus críticos decían.

Calificación: 2/5

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RÁPIDOS Y FURIOSOS X

Título original: Fast X

Dirigida por Louis Leterrier

Escrita por Justin Lin y Dan Mazeau

Producida por Vin Diesel, Justin Lin, Jeff Kirschenbaum, Neal H. Moritz y Samantha Vincent

Edición por Dylan Highsmith y Kelly Matsumoto

Dirección de fotografía por Stephen F. Windon

Banda sonora compuesta por Brian Tyler

Elenco: Vin Diesel, Jason Momoa, Michelle Rodriguez, Tyrese Gibson, Chris “Ludacris” Bridges, Sung Kang, Nathalie Emmanuel, John Cena, Jordana Brewster, Brie Larson, Charlize Theron, Daniela Melchior, Alan Ritchson, Jason Statham, Helen Mirren, Rita Moreno, Leo Abelo Perry, Luis Da Silva, Pete Davidson

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