La nueva película de “El exorcista” es infernalmente mala

La nueva secuela del clásico de 1973 “El exorcista” ha sido exorcizada no de demonios, sino de todo lo que convirtió al filme original en una de las experiencias más imborrables de la historia del cine de terror.

"El exorcista: Creyentes" está en cines de Paraguay.
"El exorcista: Creyentes" está en cines de Paraguay.Universal Pictures

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En el panteón de las malas ideas de Hollywood – de las cuales nunca ha carecido – debería haber un lugar reservado para quienes pensaron que el equipo detrás de la reciente trilogía de secuelas del clásico “slasher” Halloween de John Carpenter era el adecuado para encarar una nueva entrega de otra saga icónica cuyas similitudes con Halloween empiezan y terminan en el hecho de que ambas están catalogadas bajo el amplísimo abanico del género del cine de terror.

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El exorcista: Creyentes sigue a dos amigas adolescentes, Angela (Lidya Jewett) y Katherine (Olivia Marcum), quienes desaparecen durante varios días y luego reaparecen con signos de posesión demoníaca, obligando a sus familias a replantearse sus creencias mientras buscan la forma de liberar a las niñas de la influencia satánica.

La película sigue el mismo libreto que el muy buen Halloween de 2018 del director David Gordon Green: una secuela directa de la película original de la serie, que ignora por completo las secuelas, precuelas o reinicios que le siguieron.

El problema es simple y complejo a la vez: El exorcista no es Halloween, una saga cuyo comentario social bañado de sangre – al menos en la original de Carpenter – y terror genuino aderezado con sutil humor negro realmente eran un buen “match” para los talentos de Gordon Green y su gente, que tienen sus raíces en el género de la comedia.

Para crédito de Green y compañía, parecen ser conscientes de la diferencia fundamental entre ambas sagas de terror, porque el problema de Creyentes no es que intentan adaptar El exorcista a su estilo propio. El problema es que los realizadores nunca logran deducir qué hacer dentro del marco que les da una película de terror tan emblemática como El exorcista.

Como consecuencia, la película se arrastra moribunda por una hora interminable y cuarenta minutos similarmente eternos en los que el único y singular momento decente es una muerte que ocurre durante el clímax de la película que es al mismo tiempo el único instante en que una referencia a la película original se hace de forma ingeniosa; y un momento que parece directamente sacado de Halloween.

El triunfo de El exorcista original del gran William Friedkin – cuya reacción a esta secuela habría sido hilarante, que en paz descanse – está tanto en los momentos icónicos de horror chocante y la atmósfera opresiva que convierte a la casa de Regan MacNeil y su madre en una fría sucursal del Infierno; como en la odisea personal del verdadero protagonista de la película, el padre Karras, cuyo conflicto interno de fé es la batalla central de la película que se exterioriza en el ritual de exorcismo.

Creyentes hace tímidos amagos de intentar establecer un conflicto similar para su propio protagonista Victor (Leslie Odom Jr.), padre de Amanda, cuya esposa fallece al principio de la película cuando estaba embarazada; con la diferencia de que Victor no parece darle a la espiritualidad una importancia especialmente grande antes o después del prólogo.

Lo que no es un problema. Por el contrario, la idea de una película de El exorcista desde la perspectiva de un no creyente es algo nuevo y posiblemente refrescante. Pero los esfuerzos de la película por explorar el tema central de la serie parecen haberse encarado con todo el entusiasmo y el cuidado de un trabajo práctico de colegio para el lunes elaborado el domingo a la noche.

El resultado es una película que sería completamente indistinguible de las innumerables películas mediocres con títulos de El exorcismo de Nombre Propio que llevan décadas siguiendo la estela del clásico de Friedkin si no fuera por el hecho de que convencieron a Ellen Burstyn de que vuelva como la madre de Regan para cobrar lo que ojalá haya sido un cheque bien gordo por soltar algunas líneas de diálogo que parecen sacadas de un mal libro de autoayuda espiritual.

Resulta difícil escribir algo como esto sin sentir que uno está exagerando un poco, pero genuinamente se siente como que El exorcista: Creyentes juega en la misma liga de absoluta carencia de valor artístico que algo como Flash o la “remake” de El rey león de 2019; una película hecha por ningún motivo aparte del hecho de que un estudio compró los derechos y quiere sacarles rédito.

Calificación: 1/5

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EL EXORCISTA: CREYENTES

Título original: The Exorcist: Believer

Dirigida por David Gordon Green

Escrita por David Gordon Green y Peter Sattler

Producida por Jason Blum, David Robinson y James G. Robinson

Edición por Timothy Alverson

Dirección de fotografía por Michael Simmonds

Banda sonora compuesta por Amman Abbasi y David Wingo

Elenco: Leslie Odom Jr., Ann Dowd, Jennifer Nettles, Norbert Leo Butz, Lidya Jewett, Olivia Marcum, Ellen Burstyn, Okwui Okpokwasili, Raphael Sbarge, Danny McCarthy, E.J. Bonilla, Tracey Graves

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