“Napoleón”: un entretenido balance entre épica histórica y humor negro

El emblemático director de “Gladiador” y “Blade Runner” hace equipo con un excelente dúo protagónico de Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby para crear un filme que al mismo tiempo es un majestuoso retrato y una caricatura de una de las figuras históricas más importantes de Europa.

Joaquin Phoenix protagoniza "Napoleón".
Joaquin Phoenix protagoniza "Napoleón".Sony Pictures/Apple Original Films

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El legendario cineasta Ridley Scott vuelve al género de la épica histórica con Napoleón, una crónica de grandes ejércitos, batallas que alteraron el mapa de un continente y figuras que definieron el rumbo de la historia, que al mismo tiempo es una ácida comedia negra sobre el absurdo de la condición humana que pone los destinos de miles o millones de personas en manos de hombres dominados por sus inseguridades y sus caprichos.

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La película es un recuento de la vida de Napoleón Bonaparte (Joaquin Phoenix) desde su ascenso meteórico desde un capitán de las fuerzas armadas francesas post revolucionarias hasta un emperador que arrastró a toda Europa a la guerra, y al mismo tiempo explora su complicada relación con la emperatriz Josefina (Vanessa Kirby).

Napoleón (la película) es una moneda de dos caras bien distintas.

Por un lado, tenemos el filme épico sobre las hazañas militares de Bonaparte, donde Scott despliega sus décadas de experiencia como uno de los grandes realizadores de superproducciones históricas de Hollywood en recreaciones espectaculares de algunas de las batallas más importantes de la trayectoria de Napoleón, con un uso magistral de efectos digitales y buen ojo para la escala que resultan en conflagraciones masivas y extremadamente brutales.

Esa cara de la moneda está tan bien hecha como es de esperarse de un veterano como Scott. Pero no es la cara interesante.

Lo verdaderamente interesante es la otra mitad, la que se desenvuelve como una comedia negra que tiene como protagonista a un manojo de complejos e inseguridades en una telenovelesca desventura de romance, celos e intrigas políticas.

Scott, Phoenix y el guionista David Scarpa imaginan a Napoleón como un titán y un microbio, como uno de los grandes hombres de la Historia y un bufón que huye despavorido de diputados enfurecidos y grita insultos infantiles a un embajador, que ruega y da órdenes a su emperatriz en la misma escena y se ve a sí mismo como un romántico a pesar de que parece costarle enormemente hilar palabras ante alguien del sexo opuesto.

Particularmente en las escenas entre Napoleón y Josefina (Kirby es extraordinaria en el rol de la emperatriz), la película toma un tono muy similar al de la obra maestra de desdén aristocrático que es el Barry Lyndon de Stanley Kubrick, y en algunos momentos se zambulle directamente en el campo de la sátira más pura, sin sentirse muy lejana de la genial La muerte de Stalin de Armando Ianucci.

Dos caras distintas de una moneda, ambas muy entretenidas.

No se puede negar, sin embargo, que a lo largo de toda la película es palpable que la película fue concebida en una forma más larga que luego fue editada para quedar debajo de las tres horas, y por varios instantes el filme se siente algo apresurado, explorando con menos detales de lo que quizá habría sido satisfactorio momentos clave de la vida y carrera de Napoleón como su ascenso como emperador de Francia, su exilio y posterior retorno a Francia o la batalla de Waterloo.

En cuanto a la exactitud histórica de la película, Ridley Scott nunca se caracterizó por darle mucha importancia, así que lo más probable es que los estudiosos de la historia encuentren bastantes cosas qué señalar como erróneas. Después de todo, no se trata de un documental ni debería ser tratado como tal.

El resultado en pantalla aún satisface, pero uno no puede evitar pensar en la posibilidad de una eventual “edición del director” más larga, similar a la de otro drama histórico de Scott, El reino de los cielos (2005), cuya versión original que salió en cines fue un desastre, pero cuya versión del director lanzada luego en DVD es considerada una de sus obras maestras.

Aún con sus imperfecciones, Napoleón es un espectáculo digno de la pantalla grande, con magistrales actuaciones, asombrosos despliegues de acción histórica, drama y humor.

Calificación: 3/5

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NAPOLEÓN

Dirigida por Ridley Scott

Escrita por David Scarpa

Producida por Ridley Scott, Mark Huffam y Kevin J. Walsh

Edición por Sam Restivo y Claire Simpson

Dirección de fotografía por Dariusz Wolski

Banda sonora compuesta por Martin Phipps

Elenco: Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Ben Miles, Ludivine Sagnier, Matthew Needham, Rupert Everett, Édouard Philipponnat, John Hollingworth, Youssef Kerkour, Sinéad Cusack, Paul Rhys

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