"Los empleados y directivos deben poder confiar en que no serán ridiculizados o castigados por admitir un error involuntario", destaca la experta. Esta es la única manera de lograr un intercambio abierto.
Cosmar aconseja discutir abiertamente los errores y los posibles motivos.
Es prudente reaccionar a las equivocaciones refiriéndose a las mismas en primera persona y no respondiendo con frases que remarquen la responsabilidad de la persona que cometió el error como, por ejemplo, "usted ha hecho tal cosa" o "usted no puede hacer tal otra", señala la psicóloga.
Por otra parte, también es importante tomar en serio la crítica de los demás hacia uno y hacia las propias acciones.
Es recomendable que los empleados decidan conjuntamente la manera de comunicar hacia afuera los errores o posibles desaciertos que hayan surgido en el trabajo, agrega la especialista.