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Sin olvidar el verdadero sentido de la Semana Santa, corolario de un largo período de penitencia y duelo para la comunidad católica, y de la Pascua, que representa el punto de unión de judíos y cristianos, y marca el inicio de la liberación del pueblo de Israel para unos y la resurrección de Cristo para otros, cabe revalorizar, además, las tradiciones que se han gestado y conservado con el paso del tiempo.
La oportunidad de celebrar junto a la familia en torno de la cargada mesa siempre trasciende cualquier creencia y se hace imposible, muchas veces, huir de la tentación de las propuestas gastronómicas de la época.
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En estas fechas festivas, en las que la comida se convierte en el centro de toda reunión familiar, es común que se duplique la cantidad de calorías que deberían ingerirse en un solo día. Cada Domingo de Pascua, en promedio, se consumen unas 1.000 calorías de más. Es un día en el que existe poco desgaste corporal, por ende las calorías adicionales consumidas no se gastan.
Además de la ingesta de los alimentos mencionados más arriba, la ‘tradición’ hace que se sumen reparaciones culinarias de días anteriores. El Jueves Santo, con su acostumbrada ‘última cena’, aporta comidas ricas en grasas y proteínas.
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En cambio, el Viernes Santo, la tradición es comer pescado y muchos comensales paraguayos optan por un plato de ‘chupín de surubí’. Este menú suele estar acompañado de papa, arroz y alimentos que aportan hidratos de carbono.
Este día generalmente no se realiza actividad física importante, por lo que se gastan unas 500 calorías menos, pero con las comidas, ingresan unas 1.000 calorías extras.
El Sábado Santo, la historia no cambia significativamente, aunque existe una ingesta inferior de alimentos en relación con los días previos. Sin embargo, la sumatoria de calorías consumidas del Jueves Santo al Domingo de Pascua representa varios gramos de aumento de peso en un periodo corto de tiempo.
Cómo evitar subir de peso en la Semana Santa

La consigna no es la prohibición; no es necesario reemplazar el huevo de chocolate con otro alimento. Lo más importante es la moderación.
Los excesos pueden ser compensados de la siguiente manera: si se consume más chocolate o chipá, sería ideal que los postres estén basados en frutas frescas.
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Ingerir menos pan con las comidas y evitar el consumo de gaseosas también ayuda a no extralimitarse con las calorías.
La ingesta de alcohol debe ser moderada debido a que aporta calorías vacías (7 calorías por gramo).
Una porción de 100 gramos de huevo de chocolate aporta aproximadamente unas 542 calorías; una porción de chipá, unas 94 calorías y una porción de rosca de Pascua es equivalente a una factura de 50 gramos con crema pastelera. El problema no radica en el contenido calórico de la rosca: es cómo comer una sola porción y no toda la rosca entera; lo mismo sucede con los otros preparados.
Es importante elegir alimentos que no contengan muchas calorías. En el caso del huevo de Pascua de chocolate, el amargo o semiamargo es el más conveniente.
Lo esencial es planificar la compra y que el menú no se convierta en el eje de la reunión en estas fechas.