BRUSELAS (AFP). “¡Acuerdo!”, tuiteó el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, más de 90 horas después del inicio de la cumbre en Bruselas el viernes, que la convierte en una de las más largas de la historia europea junto a la reunión de Niza en diciembre de 2000.
El amanecer de la Fiesta Nacional de Bélgica vino acompañado de un pacto que ayudará a los europeos, especialmente a Italia y a España, a enfrentar la profunda recesión provocada por la pandemia, que dejó más de 200.000 muertos en Europa.
Tras cinco días y cuatro noches de arduas discusiones, con reproches incluidos, uno a uno los líderes europeos celebraron un “gran acuerdo” que, en palabras del francés Emmanuel Macron, representa un “cambio histórico” para Europa y la Zona Euro.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo que el plan aprobado muestra que el bloque “se une” en la crisis.
Los dirigentes acordaron movilizar 750.000 millones de euros, que la Comisión Europea tomará prestado en los mercados financieros en nombre de la UE y que se distribuirán en forma de subvenciones (390.000 millones) y préstamos (360.000 millones).
Michel, respaldado por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés logró mantener el volumen del fondo, aunque con concesiones a los “frugales” –Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria– que pedían una cuantía menor.
La primera concesión fue reducir el volumen de subvenciones, que se devolverán entre los 27 y no únicamente por el país beneficiado, del medio billón de euros a 390.000 millones y, además, se reforzó la vigilancia sobre el uso de estos fondos.
Si un país tiene dudas sobre el uso que hace un socio de los fondos podrá pedir que los 27 miembros de la UE aborden la cuestión a nivel político.
Pero “la Comisión seguirá siendo la que tenga la capacidad de ejecución del fondo”, precisó el español Pedro Sánchez, para quien ese “auténtico Plan Marshall” trae 140.000 millones de euros para su país, 72.700 millones en forma de transferencias.
El primer ministro holandés, Mark Rutte pedía la unanimidad de los 27 para el desembolso, una manera de presionar para que los países del sur hicieran reformas en su abultado gasto público.
España e Italia, los más castigados por el coronavirus y con un elevado nivel de deuda, se oponían a esta exigencia.
La UE, que superó en el último decenio una crisis económica que opuso a los países del norte y del sur; y otra migratoria que dividió al este y al oeste, podrá centrarse ahora en su porvenir, que pasa primero por cerrar su futura relación con el Reino Unido, que está en proceso de salida de la comunidad.